Ha muerto el dictador

Ha muerto el dictador

Tú, quién más que tú
Debía ser tu último exiliado
El mismo óbito que sembrabas
Brotó por fin violento en tu cuerpo.

Eterno descanso a los hombres
Tormento a los posibles demonios
Ahora existe el infierno,
Lo has nombrado a tu paso.

Ojalá el suelo que te esconda
No se empape con tu sangre
Para que el día de mañana
No salgan de ella
Ni siquiera tus olores

¿Teme también el tiempo
A tus huesos ?

Al menos sé
Que tu vieja carne
Yacerá solitaria,
Que no acudirá a ella
Ni el apetito de los gusanos.


Diego.
Domingo 10 de Diciembre de 2006.
Santiago de Chile.

 

Me encantó tu poema, plasma el sentir del pueblo que vivió bajo la opresión, y que por fin se siente liberado pero que sigue teniendo resentimientos... Felicidades, y yo los acompaño en la fiesta de todos los chilenos...


Saludines de una mexicana!!!


SOLECITA

 

Gracias por unirte a la fiesta, pero creo que no celebro porque me gustaría haber visto antes su condena. Es la deuda de la Justicia Chilena.

 

Es un placer haber leído tu poema con un tema de actualidad. Esperaré el día en que publiques algo de otros dictadores que andan por ahí creyéndose dioses.

Lo mejor de todo es que lo van a incinerar porque como tú lo has dicho:

Que no acudirá a ella
Ni el apetito de los gusanos.

Saludos Diego.

 

No acudirán los gusanos pues lo han cremado.
Sus cenizas serán oscuras y pringosas. Y estarán siempre iluminadas en el ricón de la vergüenza, por las manos de Victor Jara.
Tiene razón Benedetti: "La muerte le ganó a la justicia..."

Un abrazo

 

Y me uno también a este poema, y espero que dado que va a ser incinerado...que no se les ocurra esparcir las cenizas... pues solo de pensar que el viento las puedan llevar por doquier... las cenizas negras, malignas, de ese dictador .... voto para que lo metan en un agujero...
Un abrazo

 

Ojalá sea el mismo canto de victor, de silvio, los epigramas de Cardenal, los que se multipliquen por todo el mundo para que nunca más lleguen al poder dictadores asesinos. Sañudos Carlos.

 

Cuando escribí este poema aún no se sabía que lo iban a incinerar... son esos aciertos que a veces escribimos, pero como antes dije, lo quemen o lo entierren, el pueblo seguirá siempre con la herida abierta...quizá haya un juicio más allá... lo esperaremos.

 

Que ni la sangre ni las cenizas se esparzan más allá del recuerdo, nunca olvidaremos lo que hizo, nunca, pero sabemos que no lo volverá a hacer, aquí en mi país jamás se reiterarán las atrocidades del régimen militar, la gente ya no se dejará dominar.

 

Aplaudo tus letras, son en verdad deleite y respiro del alma de un pueblo
y aun que el tiempo ha pasado las heridas aun estan en carne viva
ahora solo que confiar en el gran Dios de la justicia eterna.

 

Me uno, a ti Leonardo, hay veces como esta en las que me gustaría creer en Dios, quizá tendría el consuelo de la Justicia eterna.