Hacerte mía

Hacerte mía…
Anhelo constante…
Despiértame con el ruido de tus ojos…
Rompe la quietud del momento…
Mientras tu blusa se aparta de tu cuerpo…
Y la brújula de la pasión apunta hacia tu norte…
Me pierde en tu perfume…
Y me encuentra en tu sexo…
Hacerte mía…
Palmo a beso… y beso a palmo…
Abraza mis ansias…
Que me sujetaré de tus curvas…
Tu boca desaparecerá en mis labios…
Y los míos en tu aliento…
No quiero que siga siendo un sueño…
En donde me adhiero a tu piel…
Como la tinta de un tatuaje…
Y como el sol se junta con el horizonte…
Aviva tu mente y alma…
Y hazme tuyo de tal manera…
Que enloquezcas en mi locura…
Aparátate de la sombra de la vergüenza…
Muerde la inocencia que te sobra…
Refúgiate en tu deseo y hazme un espacio…
Brinda con el vino del pecado…
Y llena también mi copa…
Que no se nació para sentir pena…
Sino para ser amado…
Hacerte mía…
Y vivir una sinfonía de alegría…
En un pequeño pedazo de vida…

 

¿ Y luego ? Fracaso. Je, je, je.
¿ No ?
Relaciones fuera del matrimonio...
Hmmmmm. No son bellas, buenas ni sanas.
Porque así es el Ego integrado: Matrimonio, pueblo, Reino de los Cielos.
El complejo de superioridad, que consiste en celos y envidia.
Porque ser superiores, es una gozada. Pero hemos de respetar las reglas del juego.
Y el pueblo, unido, jamás será vencido. Ahora bien...
El Reino de los Cielos es una Puta locura, que conduce al Sexo explícito.
Por ahí, sí vas bien. Pero poco a poco.

 

Excelentes líneas, me gustó mucho tu poema.
Saludos cordiales.

 

Bello y apasionado, una sutil y certera sensualidad recorre tus versos y se me lleva con ella amigo Emilio. Abrazote vuela. Paco.