Hacia las cimas de los días

Cenizas nacen,
desde las fauces del recuerdo,

cenizas somos,
y ceniza dejamos de ser,

fluyen las emociones,
entre abstractos sentires,

describen los dioses sus mentes,
y no hay infinitud que los eclipse,

vivaces se entienden aquellos rebeldes,
que buscan razones donde no se cuestiona,

fuego y viento,
marcan caminos valerosos,

flameará la voluntad del tiempo,
con la fuerza de los sueños,

soñará la vida, con la rima de las noches,
hacia las cimas de días que hemos de conquistar.

 

Este poema nos invita a reflexionar sobre la naturaleza efímera de la existencia, simbolizada por las cenizas que nacen y mueren en el recuerdo y en nuestra presencia. A través de imágenes de fuego, viento y sueños, se destaca la fuerza de la voluntad y la esperanza que nos impulsa a enfrentar los desafíos y a conquistar nuevos horizontes. La obra sugiere que, aunque somos temporales, nuestras aspiraciones y sueños tienen el poder de dar sentido y belleza a nuestro camino, dejando una huella de eternidad en la lucha por alcanzar lo que anhelamos.

Saludos cordiales