Hagamos el amor y no la guerra

Hagamos el amor y no la guerra
que las palabras sean sonidos suaves
atenúes y agradables al oído,
no gritemos ni alcemos la voz
en un enfrentamiento tonto
donde ambos nos haremos daño.

Hagamos el amor y no la guerra
usemos nuestras manos para apoyarnos
y no para golpearnos,
que las marcas en nuestros cuerpos
sean de mordiscos y chupones
recuerdos de momentos íntimos
y no de agresiones.

Hagamos el amor y no la guerra
que tus armas sean el erotismo y la seducción
y no el odio ni el rencor,
que cada beso tuyo sea como una bala
y en cada beso que me des
sea una detonación que impacte en mi cuerpo
matándome de gozo y placer.

Hagamos el amor y no la guerra
porque en el amor se gana más
porque en el amor existe el perdón
se vive en armomía y con alegría.

Gonzalo A. Peña R.

 

No puede ser mejo un buen consejo, todo el mundo debería leer este poema y practicarlo.
¡¡¡GENIAL!!!.

 

Preciosa excelencia de maravillosas letras divinas.