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Hambrientos de igualdad.

Tema en 'Prosa: Sociopolíticos' comenzado por marove1986, 21 de Junio de 2012. Respuestas: 0 | Visitas: 1020

  1. marove1986

    marove1986 Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    25 de Marzo de 2012
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    ¿El hambre esta insertada en los estómagos mas fornidos o inyectada en las mentes mas débiles? A lo largo de la historia todos los pueblos padecieron hambre, inclusive los que hoy son potencia. Ahí en el primer mundo, no solo se dan el lujo de tirar la comida a la basura, si no que también hay marginados que se alimentan de ella;
    En algún sitio del Mar Caspio, extraen el oro negro de la gastronomía actual, para luego deshacerse en los paladares mas selectos de la sociedad aristocrática. Estos privilegiados a los cuales desde niño su madre o ama de casa en días de berrinche, le dictan el comer, realizando los mas clásicos artilugios: La cuchara cargada de caviar, que se mueve con formas y sonidos de avión de guerra, provocando así el miedoso llanto de ese niño, como si el alimento fuese un arma.
    Como olvidar que en ese mundo de tanta abundancia, hay mucho mas abundancia de escasez: El hombre de larga barba manchada por el humo de tabaco, uñas negras y fragancia propia, zapatos con boquetes o de zuela descalza, moda en aumento.
    Que deambula por las calles arrastrando sus cartones, para luego quedar patas para arriba haciendo equilibrio en algún contenedor.
    Por contrario los tercermundistas han despertado, crecido y madurado con el hambre; En esa aldea de Zambia donde los estómagos hablan o se inflan como globos, donde el raquitismo manda y las bocas callan. Que existe un pan para repartir entre cincuenta y cuatro barrigas en ayuna, la igualdad reina y el hambre mata.
    En estos países no existe la obesidad mórbida, pero lamentablemente son expertos en desnutrición. No se conoce el enfado, las sonrisas emanan como enfermedades sexuales.
    El hambre no conoce de etnias, pero si derroca a todo ser humano.
    Si pudiéramos extraer lo malo de los agraciados y lo bueno de los discriminados, no se si acabaríamos con el hambre, pero si con la desigualdad de valores que actualmente tenemos.
    Imaginen, un desnutrido presidente de los obesos... ¡Quiero verlo!
    No ver siempre la misma novela, obesos matando en ayuna a pueblos débiles, con mentes adaptadas al hambre.
    Como no comparto lo de primer mundo y no tolero lo tercermundista. Mejor suprimo los términos, mientras sueño que algún día, nos enamoremos de la igualdad, para olvidarnos del hambre.


    Maximiliano Rodriguez Vecino.
     
    #1

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