¡han venido!

Han Venido!

Han venido a rescatarme, espacios frívolos de mentes intrusas, de gentes lejanas sin tino ni mueca, con sal en los ojos y mil preguntas sin respuesta, dioses no dioses serviles a su inconformidad, indomables bestias de especies extinguidas, en esta vida y en la otra, precisan entrar para desmembrar lo único que queda, desconsuelo ultrajado por los demás.

Han tocado mis agallas, esos buscadores, perdiendo entre sus labios las palabras al pasar, un porque innecesario, explicaciones no caídas, sinsabores y espasmos, inmensamente comprimido se siente el corazón mío, adelantando precisos lamentos sin historia, sin inicio, sin solsticio, sin invierno ni verano.

Han caído en mi aposento, futuros genios del amor, entendedores de la verdad acomodada, de alucinaciones de espectro frio, herederos del amor no concebido, reyes sin trono, abigeos sin espada, caminantes errantes, desdichados, doblegados en sumurmullo, serviles, mediocres, ansiosos y nocivos. Los han vistovivir su vida, dejando razones por venir, incapaces de ver en ellos el propio desatino, doctrinas turbulentas, perdones no dichos, entrañas no rasgadas, escondidos y desprevenidos, al hierro, a la manta, al monte, a la daga, perdiéndose entre sí por curiosidades vanas y enclaustradas, despertando náuseas hasta de leones dormidos.

Han venido a rescatarme, ánimas propicias de vientos acarreadores, interminables, despedazando mundos lentos, adormitados, sin sueño ni hambre, malhumorados, nefastos y desalmados, precisando saber verdades que no se cuentan, delirios que no se explayan, consciencias que no se compran, vidas que se atormentan, dejando sus entrañas en el seno maternal, infiltrando el miedo calmo en todo mortal.

Han venido galopando insonoramente, gimiendo con ansias sus sórdidas notas de himnos olvidados, vespertinos murmureos de gente alicaída, condenada, lentamente se han metido, entre los brazos de un cartero, para llegar hacia el deseo de una vida en agonía.

Han venido!