Hastío de sol XVI

Qué fino artista olvido en tus dedos pinceles,
aristas del tiempo,
Quién puso en tus pies alas,
pegaso de fuego.
Qué linda entre tu risa y el viento,
que en tu sonrisa fresca brisa se encuentra.
Qué animal de oro perdió su cosmos en tu mirada.
De qué fruto se viciaron tus senos,
de qué hojas fumé para besarte en el humo.

De qué lugar remoto, impronunciable,
es que se ha hermoseado el tallo de tu cintura,
por cual río pasaron tus piernas
para ahora ser un dragón de agua, de menta, de lluvia sempiterna.
Qué distancia existe entre tu pupila y la luna,
yo no la percibo
tampoco puedo descifrar el mandala que otro ser
dibujo en tu espalda y en mi conciencia.

Qué otro ser ha herido tus heridas,
qué flor cicatrizará tu nostalgia con la mía.
En qué simbiosis querida enemiga
tu perfume será mi perfume
y mi muerte no será solo mía.

 

Muy bonito.
El hastío del Sol...
Que tiene una amiga imaginaria.