Hastío de sol XVIII

Una pirámide es mi mundo.
Abajo el sígilo de lo temporal con un ruido molesto,
ruido de humanos que hacen fiesta en la asfixia.
Arriba, en un único puto rincón está mi luz,
mi eclosión sensitiva emocional,
ahí arriba nunca suelo estar.

El ocre de las miradas dibuja en pasado el futuro de la ciudad,
a pesar del constante cambio, nada cambia.
Llora el verano una agresiva sal solar,
mi armadura de hielo se deshace, se arma y se deshace,
los libros por leer se funden con la sangre de historias mal contadas
y yo hastiado de todo no consigo interpretar esta soledad.

Mi mundo es un árbol de carne,
todos comen, no crezco,
todos comen, mis raíces crecen.
En este mundo los jovenes quedan dormidos en mi sombra,
me escuchan, aprenden,
los dejo dormir.
En este mundo, a mi alrededor se siembra la vida,
los mutilados en el pecho conservan sus esperanzas
y todo parece existir.
Yo sé que todo es mentira.

Mi mundo es un árbol muriendo solo en la punta de una pirámide.
El jardín fue señalado por alguien en mi boca,
yo lo escupo,
es que lejos uno aprende el sentido de la distancia,
es que cerca el tiempo no existe.
Las mitades amigas no tienen valor,
quisiera que no estuvieran leyendo para poderme explicar.

 

Profundos y bañados de una contundente reflexión querido amigo...
Un gusto leerte cada vez...te abrazo con todo mi cariño...
FELIZ NAVIDAD!
Nancy