¡hay el mundo tanto y sabemos tan poco!

Hay una idea justo en el centro de mi mente
se esparce como vapores de la brisa,
se eleva como gas que calienta el sol en verano
y se difumina como las acuarelas pintadas a prisa.

¿Quién dirá que las ideas no son verdades?
Se afirma que si no salen no existen,
pero existen en el universo del subconsciente
sean como sean, blancas, obscuras o grises.

Todo lo real que habita en el mundo
tiene un poco de poemas incrustados
como aquella tormenta estruendosa
que bailaba y lloraba con el mar salado.

Si en medio de un lago se posa un lirio
y florece albergando en su centro toda la vida
¿quién dirá que en el mundo no hay sonrisas?
si no se percata que se muere el lirio si lo pisan.

Está presente algo en todo lo que hay
más allá de lo bueno lo malo y las letras
tiene un aura que vibra y cambia su color,
existe como existen los mares y las muecas.

Habrá en los labios siempre tantas preguntas
cuyas respuestas saltarán frente a nuestros ojos
y qué ciegos les sonreiremos, como el viento,
y pensaremos ¡hay el mundo tanto y sabemos tan poco!
​

 

Yo sé mucho.
Eso le ocurría a José-Raúl Capablanca.
Al menos, jugando al Ajedrez.
Sabía mucho de estrategia y táctica.





Podemos saberlo todo...
Pero es solamente, una impresión.
La madurez viene poco a poco. La ganamos a pulso.
Como trepando por una gruesa maroma. Una gran cuerda que pende del techo.

 

Coincido al 100% contigo...la vida es un constante aprendizaje y quien crea que lo sabe todo...¡está perdid@!. Un abrazo, me ha gustado leerte.