¡ He inventado una caja de Música !

Me recomienda Andrea Kordúner,
que abra mi corazón,
¡ Abracadabra, pata de cabra !
Y viva Méjico, cabrón.


Como la cueva de Alí Babá,





y los 40 ladrones.
Que encontrarían tesoros con minifalda:
Animadoras de baloncesto, en buena forma,
y en pleno uso de sus facultades mentales.


Agitan con tesón, sus pompones.


Bum-bum, sístole y diástole.
Bum-bum, ¡ Primo Louie, qué ritmo tienes !
Bum-bum, dame lo que yo quiero ser,
y no más orangután, jamás...


¡ A tu salud ! Dímelo a mí...


Si el fuego aquí, me lo traerías tú.
El Libro de la Selva, y los dibujos animados.
Me pide Andrea Kordúner una escena,
conmigo como personaje principal,


en un bosque, junto a Astérix,


Obélix y Panorámix.
La aldea irreductible; merced a una
poción mágica del druida celta anciano.
Me pide Andrea, del profesor Lumbreras,





su caja de Música, o piano.