Héctor M.

Un día entré en una antigua tienda,
había un viejo comiendo su merienda,
atrás de él, en la pared, había una prenda

Colgada, él decía: "eso es un lindo recuerdo
y aunque esté viejo la limpio cada que puedo",
sin saber cómo ni por qué me enredo

En una conversación con él, él me pidió ayuda
para arreglar algo en casa, al esperar veo como suda,
me decía con frecuencia que la realidad es ruda

Tal vez ahí fue cuando el viejo se quebró,
trató más de una vez de hablar pero tartamudeó
y cuando llegamos ante la puerta se paró

Y lo escuché decir una pequeña y baja oración,
parecía que retomamos la pasada conversación
pero la ausencia de sus palabras fueron su acción

En eso dijo que extraña tanto algo que ya se ha ido,
me decía que me hubiera agradado si lo hubiera conocido
y que por venir a ayudarle estaba demasiado agradecido

Pero al final él ya lo había decidido,
él ya se había dado por vencido
y me dijo: "apesta tanto cuando has envejecido

¿Al entrar en la tienda viste mis cicatrices
o sólo te fijaste en la ropa y sus matices?,
yo lo sé, no importa si no me lo dices"

Me pidió ayuda para cargar una puerta,
al ir a la parte trasera esa estaba abierta
y con una simple sábana estaba cubierta.

"¿Me puedes ayudar a colocar las bisagras?,
yo las pondré mientras tú la cargas
y las bisagras me las pasas

Estoy muy viejo para poder cargarla
pero en serio necesito colocarla,
si no quieres sólo ayúdame a acomodarla

Además, no es mi casa, es la de mi querido hijo,
confío en ti, es por eso que a ti te elijo",
pero eso no fue todo lo que me dijo.

"Cuando entramos, ¿qué pensaste que encontrarías?,
tal vez cosas de un anciano, puras tonterías,
igual sé que no me golpearías y me robarías"

Un silencio llenó por completo el pasillo,
me pidió que le pasara el martillo,
le pregunté si podía salir por un cigarrillo.

Entonces hasta la entrada retrocedí
abrí la puerta y en un instante salí,
al terminar hacia el patio de atrás de la casa fui.

El marco de la puerta lo mantuvo firme
mientras ponía los clavos escuché: "dime,
¿tienes alguna teoría de qué pasó?", él aún sigue

Entonces, me dijo que su hijo es esquizofrénico,
que nunca pudo tener amigos, tenía pánico escénico,
que para su hijo no existía un remedio médico

Pero que funcionaba un poco la medicación,
que pensaron que podría ser esa la solución,
pero nunca pensaron que tendría una gran repercusión

La medicina lo hacía dormir demasiado,
nunca les contaron que tendría ese resultado,
consiguió un trabajo pero había renunciado

Y un simple día a tomar las pastillas se rehusó,
a su medicación sin más él renunció,
"¿quieres que te cuente lo que aquí pasó?".

Él no me preguntó, no me dejó responder,
lo preguntó y ni siquiera me volteó a ver,
aunque le dijera que no, no me iba a obedecer.

Me dijo que su esposa un día lo llamó
que su hijo en la casa se encerró,
que a nada de lo que decía le respondió.

Entonces un escalofrío llegó a mí,
tenía miedo de lo que pasó justo allí
y pregunté: "¿qué tan rápido llegaste aquí?

¿Qué miedos fueron los que tuvo
y qué pensamientos en ese momento hubo?",
entonces él ya no me veía, se detuvo.

Lo recuerdo todo Héctor, todavía,
recuerdo tan claro lo que me decía,
por lo que pasó en ese horrendo día

Esa historia que antes me contó
en esta noche más clara se volvió,
mientras escribía mi cabeza lo recordó.

Recuerdo cuando sus cicatrices me enseñó,
cuando sin voz esa desagradable vivencia me platicó,
cuando lo escuché y a mis preocupados ojos me miró

Y recuerdo aún escucharlo decir como habría muerto
pero tenía que cuidar a su hija y esposa, intento
encontrarlo, quisiera hablar más con usted, lo prometo.

Me dijo como su hijo en él un cuchillo clavó,
pero a pesar de todo sigue siendo su hijo, lo perdonó,
me decía que él sabía que algo malo le pasó

Miré en sus ojos como esa cruel escena se reproducía,
recuerdo claro la sensación que tuve ese día,
como mis piernas temblaban y lo hacen todavía.

Recuerdo claramente como me contó
todo lo que en ese día común sucedió,
como una herida casi fatal su hijo le ocasionó.

"Esas son cosas que para siempre te cambian",
me decía eso y la tristeza sus ojos la reflejaban,
seguía escuchando lo que sus labios relataban.

Me decía como llegó a la casa y en la entrada
se paró, vio a su esposa tan asustada y parada,
su rostro reflejaba que estaba muy espantada

Y ella le dijo que vio que el pastillero estaba vacío,
que fue a la farmacia para el medicamento poder surtirlo,
ella regresó, no pudo abrir la puerta, el escenario se volvió sombrío.

Él tocó la puerta pero su hijo no estaba respondiendo,
sus papás se preguntaban: "¿qué estará haciendo?,
puede que tal vez a abrirnos se está resistiendo"

Entonces él metió la llave en la cerradura,
la giró y abrió lentamente, miró que tenía una abertura,
pensó: "tal vez mi hijo aquí pasa por una gran tortura"

Caminó y entró, en el final del pasillo
vio a su hijo que sostenía un cuchillo,
había tanto silencio, no sonaba ni un grillo.

Su hijo corrió a él, entonces ante él se abalanzó,
durante un momento el hijo contra su padre forcejeó,
el resultado final fue que su hijo lo derribó

Y una y otra vez sin parar lo apuñalaba
y rompieron esa puerta, mientras miraba
aterrorizada su madre, su padre se cuestionaba:

"Si a manos de su hijo moriría,
si al morir su hijo Dios lo perdonaría,
que él sabía que su hijo esto no lo haría"

Pero al final su hijo huyó arriba en las escaleras,
ver a su madre en llanto haría que la cordura la perdieras,
mientras su padre tenía aún las heridas abiertas

La ambulancia en minutos fuera de la casa llegó
y un paramédico lo llevó fuera y ahí lo cosió,
lleno de sangre vio a su hijo, la policía se lo llevó

Veía que su hijo tenía sus cables enredados,
como si todos hubieran sido cortados
y erróneamente fueron reorganizados.

Su hijo veía que su padre era un simple extraño,
tal vez por eso sin pensarlo le hizo tanto daño.
¡Todo eso pasó sólo hace menos de medio año!.

En la oscuridad de mi cuarto me recuesto,
las respuestas no las obtengo y a puesto
a que nunca las tendré, hoy muestro

Que no estoy encontrando la paz para mis enojos
de haber conocido y visto su sufrimiento con mis ojos,
me pregunto qué es lo que pasa en la cabeza de todos nosotros

No consigo respuestas, estoy yendo a ninguna parte
y he tratado de encontrarte dentro de esto que llamo arte,
lamento tanto nunca haber vuelto para hablarte.

Al finalizar nuestra plática nos damos un abrazo extendido,
entonces a volver a vernos le he prometido
pero lo siento, es algo que no he mantenido

Y Héctor, si me escuchas, pienso en ti cada día,
lamento no haber cumplido la plática que se suponía
que tendríamos, claro que lo recuerdo todavía.

Espero que se pueda concretar,
espero que nada malo les vuelva a pasar,
te juro que un día nos volveremos a saludar.

Y si crees que todo esto fue sólo ficción
ve y pregunta al cuchillo que en él hizo fricción,
su cuerpo aún sufre por la crispación.