Hera

El fauno de solícita paz solariega recoge conchas de nácar en la orilla estéril de un remanso,cuya pleamar susurra voces atormentadas de ahogados suicidas,cuyas almas revolotean como espejismos difuntos de sucias láminas de cristal;que ya no relucen ante el sol de un atardecer que se va tragando poco a poco ese trozo de divino cielo azul para sustituirlo por una noche donde las estrellas fosforescentes ríen de pánico ante la sagrada y furibunda ira de la todopoderosa Hera,la cual se haya encaramada en la faz oculta de la luna plateada...dictando sus graves sentencias hacia los atemorizados mortales;los cuales pierden el brillo majestuoso de sus grandes ojos cuando la diosa les comunica,entre artificiosas lágrimas de un llanto aparente,que el último héroe de la estirpe de Zeus yace amortajado en las insondables profundidades del tártaro.

 

homo-adictus,este es otro caso de crueldad divina.Pero bajo la figura refinada de toda una fémina fatal...Hera,esposa y a la vez hermana del todopoderoso Zeus. Tiene atemorizados a los mortales por su inflexible corazón de hierro y,además,los tortura con el mensaje funesto de que el último héroe(Heracles)yace muerto en el submundo.Me he permitido el lujo de dar mayor decadencia a la narrativa cuando trato el tema del susurro de la pleamar que no es sino el lamento calamitoso de suicidas ahogados.Atentamente Edouard.