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Hermoso retrato de la muerte de Dios, el nacimiento de un nuevo universo.

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por p03t4sTr0_d3_4l4b4sTr0, 25 de Noviembre de 2016. Respuestas: 0 | Visitas: 445

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    p03t4sTr0_d3_4l4b4sTr0 Poeta recién llegado

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    “DESPECHADOS” GANADORES DEL CERTAMEN DE TALENTO AMATEUR.

    Habiendo superado al resto de los concursantes, el dueto joven “Los Despechados” se
    coronó ayer con el primer lugar del certamen de talento amateur organizado por la Casa de
    Cultura de la ciudad, celebrado en las instalaciones de la misma. En entrevista con este reportero,
    la pareja, formada por Rolando Encinas y Elvia Duarte, confesaron estar emocionados e
    incrédulos al haber triunfado sobre el resto de los participantes.

    “Realmente no pensamos en ganar” confiesa Rolando “Cuando nos llamaron al estrado
    para recibir nuestro premio, no sabíamos qué decir para agradecer el apoyo”.
    Interpretando grandes temas de la música folklórica mexicana, tales como “La Barca de
    Oro”, “Por un Amor”, “La noche de mi mal” y “Paloma negra” se ganaron la simpatía y votos de
    jueces y asistentes por igual. Sin embargo, los aplausos más nutridos y calurosos se dieron tras el
    tema que marcó el fin de su participación en este certamen, “Déjame Llorar”, original de Alfonso
    Esparza Oteo. Cuestionados respecto a la selección de su repertorio, la dupla aludió también a la
    razón que los llevó a la elegir su nombre.

    “Son canciones de desamor, de despecho” nos dice Elvia “A ambos nos dejaron nuestros
    respectivos amores y fue así que empezamos a cantar, una noche en que compartíamos dolores y
    charanda. Nos dio por cantar y nos sentimos tan a gusto cantando juntos que se nos ocurrió
    participar en el certamen”.

    “Pareja sentimental no somos” aclara Rolando, al preguntarles si han encontrado en su
    unión algo de aquel amor perdido “Lo pensamos una vez, pero lo descartamos en seguida”
    “Nos alivia compartir el dolor con el otro, pero no creo que seamos lo que llene el vacío
    que tiene cada uno” concluye Elvia.

    El premio recibido consiste en una medalla conmemorativa, diploma, $1,000 pesos en
    efectivo y la oportunidad de grabar un sencillo, mismo que será distribuido durante la clausura
    de los cursos impartidos en Casa de Cultura, a finales del siguiente mes. También la posibilidad
    de que el sencillo grabado pueda tener difusión entre las disqueras comerciales regionales. De
    esta manera la Casa de Cultura busca impulsar el talento local, una labor encomiable que,
    deseamos, nos augure a futuro nuevos y gratos descubrimientos como el ocurrido con esta joven
    pareja.​

    Elvia dejó, a Rolando lo dejaron.

    Se podría decir que para él fue más fácil. Tan sólo llegar de regreso a casa y encontrársela
    vacía. No totalmente, pero si de lo más importante. Los huecos dejados le hablaban tanto como
    esa nota escueta donde Diana le confesó haberse enamorado de un compañero de cursos. Cosa
    extraña es que duelan más los objetos abandonados que los idos.

    Para ella no fue tan sencillo. Tuvo que pasar maltratos e irse dando amarga cuenta de que
    ya no quería estar con Luis, por más que aún lo amara. No fueron sólo las peleas frecuentes y
    esos primeros golpes, que ya sanados en el cuerpo, se quedan grabados en su memoria y a veces
    parece atisbarlos por el rabillo del ojo, sobresaltándola cuando está distraída. Y es que, a pesar de
    todo, ella nunca quiso que las cosas fueran como antes. Lo amaba como era, pero ya no tuvo
    corazón para seguirlo dejando que le destruyera ese amor a punta de sinsabores. El dolor más
    fuerte viene de esa torpe insistencia con que la ronda y le promete que cambiará, que nada será
    como antes. Y ella ya sabe, porque ya han habido intentos. Lo que sigue sin haber y no habrá (le
    hiere saberlo tan cierto) son cambios.

    Elvia era la mejor amiga de Diana, por eso Rolando la buscó cuando empezó a darse cuenta
    de su infidelidad, tres meses antes. Quería encontrar en su plática algo que le dijera estar
    equivocado en sus celos, que lo tranquilizara. Triste impotencia de no poder detener lo que tanto
    se teme.

    Y Diana, en Rolando, encontró una confidencia plena en la que pudo desgranarle su propia
    miseria. Curioso resulta que también haya encontrado un brazo fuerte que le ayudara a hacer
    física la negativa, cuando la insistencia de Luis llegó de nuevo a la violencia. Una nariz rota
    puede hablar más que mil no.

    Hacerse pareja sí les pasó por la cabeza, precisamente la velada en que se reunieron. La
    noche de ese día donde, simultáneamente, ella dejó por última vez y él fue dejado. Luego de
    repetir seis veces el mismo disco, cantando a dueto cada canción. Habiendo bebido litro y medio
    de charanda.

    Él la miró y tuvo que confesar.

    - ¿Sabes?... por un momento pensé en que quizá… tú y yo… pero no, no se me antoja, no
    puedo verte así… yo… -

    Ella lo salvó de sollozar ese «La amo» ofreciéndole su cigarrillo y confesando a su vez.

    - Si, yo también… pero no, no tiene caso… mejor sírveme otra… -

    Él, en agradecimiento, la sirvió cargada.

    Hace un mes que salió su sencillo, dos que ganaron el concurso y tres desde aquella noche.
    Han tocado en los festivales de dos municipios diferentes y todos los viernes se presentan en el
    pequeño escenario de “La Cuña”, una cafetería y bar donde parece aumentar la audiencia con
    cada fin de semana.

    Hoy están en la capital del estado. Una disquera escuchó el sencillo y quiso hacerles una
    prueba de estudio. Viajaron ayer. Esta tarde sólo esperan la llamada para ir a firmar el contrato.

    ¿Se podría adivinar que de tanto dolor surgiera esto?

    La espera se llena con una conversación girando en torno a una duda vieja.

    - ¿Qué vamos a hacer cuando alguno se enamore de alguien, cuando se nos quite el
    despecho? -

    Sienten que no tienen esa opción. Enamorarse, desdespecharse sería matar el dueto.

    - No nos podríamos llamar Los Despechados si no lo estamos -

    Y en eso están de acuerdo.

    Y si están de acuerdo ¿A qué volver a hablar de lo mismo?

    El teléfono suena.

    Se miran con ansiedad.

    Él contesta y luego, con los ojos, le dice a Ella que no es Oscar, el de la disquera.

    Termina la llamada y les sorprende el silencio que les deja.

    Ella lo rompe.

    - Te hablo de esto porque… tengo que decirte que ya me enamoré de uno… -

    - ¿Y ahora qué hacemos? –

    - No sé… pero ya habíamos hablado… -

    - El contrato está por firmarse… ¿No quieres ver cómo nos va así? –

    - No sé… me sentiría rara… cantando estas canciones sin sentirlas... –

    - ¿Por qué no te esperaste un poco más? Al menos a grabar el disco… -

    - Eso no se planea, me salió nomás -

    Elvia se muerde los labios. Rolando contesta el teléfono que ha vuelto a sonar. Ahora sí es
    Oscar.

    Cuando cuelga, ella ya está fumando.

    - Ya podemos ir a firmar el contrato -

    - Ah… -

    - ¿Vamos o voy solo? -

    - ¿No quieres saber quién es? -

    - ¿Quién es qué? -

    - De quien me enamoré -

    - Ah… no… -

    - ¿De veras? -

    - Bueno, dime… -

    - ¿En serio no sabes quién es? -

    - No, no sé… -

    - Si, ya sabes… tú sabes… tú debes saber-

    - Ah, ya… ya entiendo… -

    - Entonces… -

    Con un suspiro de pesadez, Rolando se levanta y va hasta la puerta lentamente. En el
    trayecto toma su chaqueta de cuero y la llave del hotel. Quiere intentarlo, le ilusiona el disco, a
    pesar de todo… a pesar de todo.

    Elvia se muerde el labio y va apagando poco a poco el cigarrillo contra el cenicero. Lo está
    dejando ir porque no sabe cómo detenerlo. Quizá no sea tan malo intentarlo, quizá el disco y las
    canciones sí salgan.

    Con la chaqueta ya puesta y la mano en la perilla, Rolando se detiene un instante.
    Elvia suspira y se reacomoda en el sillón, sin dejar de mirarlo frente a la puerta.
    Rolando suspira también, le pone seguro a la puerta y, mientras voltea, se va quitando la
    chaqueta.

    Dedicado a Beautiful, portrait of the death of God, the birth of a new universe. Pintura/escultura de Damien Hirst.
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