Hija mía…

Hija mía;

No estoy llorando,
solo es gota de rocío que se estremecen en mis mejías,
y se envanecen en mis labios.

Solo quiero decirte:

Me siento agradecido de tenerte aquí,
con mis últimos días es suficiente para morir ya no más infeliz.

Cada día frustrado, cada día sufriendo,
cada día esperando tu regreso,
y al fin que te encuentro; hija mía, de mis sentimientos.

El tiempo ha llegado, en que ya no veré más la luz,
en que seguirá recorriendo sola este camino: eres tú;
Pero allí estaré como el olor de tu pelo, como el brillo de tus ojos,
como tu sombre predilecta, que te seguirá donde vallas
hija mía, mi bella muñeca.

Hija mía: no lo tomes como una despedida, solo es el comienzo de la vida,
y sé que te veré algún día, para rescatar todo el tiempo en que no tuviste junto a mí.
Ya comenzare a extrañarte mi niña querida…

 

Sentidas palabras.
Grata lectura.
En particular me quedo con los siguientes versos :

No estoy llorando,
solo es gota de rocío que se estremecen en mis mejías,
y se envanecen en mis labios.


Saludos y buen día.

 

Excelencia de arte admirable, grandiosa obra.
Maravilla soberbia de inspiración.

 

Bello y conmovedor poema.
Grato leerte. Saludos.

 

Brillantes letras espléndidas y maravillosas.
Pericia y talento en la inspiración soberbia.