Hijo del asfalto

Una luna plateada le hace muecas,
cual máscara de circo,
harapos de cartón visten su pecho;
el silbido del subte que se acerca
en rieles escarlatas.
A sus pies, un billete de dos pesos
─acróbata en la acera─
quiere ser de cincuenta.

Una orgía de moscas en la esquina,
la colilla encendida de un Malboro;
un piano retumba sus notas
con su voz de pincel
desde un séptimo piso

¿La ciudad?
Le mira desde lejos.
Y la gente camina.

 

Triste pero real , lindo poema.
un placer degustar tus letras.

 

Sebastian que gusto volver a leerte.
Hay en tus versos esa explicita conjunción
de certera realidad urbana y contemporánea;
que llega
Mis aplausos amigo

 

Muchas gracias, Hernanc, por pasar, es solo la atmosfera que rodea a el hijo del asfalto. Un abrazo.

 

Veo que crece tu poética por los últimos poemas que te he leído. A este le das un estilo más surrealista. Bravo, Sebastian.

Un fuerte abrazo.

 

interesante como todo lo que escribís, grato leerte nochero, besos

 

si! muy interesante, alucinante! me encanto lo de "orgia de moscas" y como dijeron alla arriba... triste pero sierto amigo

 

Bello retrato de un día cualquiera, en cualquier crucero, de cualquier ciudad. Saludos!

 

Nochiii, hermano mío!!
Me siento ahí, caminando por las calles, abandonando ese marlboro, pateando latas y dibujando la ciudad de los días a cada paso.
Me gusta el cuadro urbano que presentás.
Es un gusto volver a leerte.
Te dejo un beso grande

 

Muchas gracias, Marian, por pasar. Una realidad urbana que se ve a diario. Un beso.

 

Muchas gracias, Salva, por pasar. Un abrazo.