Hijos del destino

Personas sin un rumbo fijo,
como aquel que de la calle es hijo,
un ser indigente sin amor y son honra,
que con su tristeza hasta la noche asombra.


Solo hijos de la calle,
destinados a vivir en este valle,
que de acero y concreto se compone,
con la única esperanza de que el soñar no los abandone.


A esta vida estamos hechos,
en que a la madre ignorancia le buscamos los pechos,
de los cuales mamamos cuales bestias,
y al saciarnos nos regocijamos de las carencias.


vemos el producto como un elixir santo,
mientras que el conocimiento nos brinda su aliento,
paseamos en un mundo sin conciencia,
en el que ser diferente es una imprudencia.


Al final de caminar solo nos queda la memoria,
el buscar con el alma la salida de la historia,
llevando a cuestas la tiranía de la realidad,
que nos absorbe en su seno de trivialidad.

 

Una triste y cruda realidad a la vista del mundo, que está por colapsar
de tanto aprito, reflexivo y hermoso es tu poema. Un placer leerte.
Saludos del Ecuador en un fuerte abrazo, amigo Portugal.

 

Gracias por darte el tiempo de leer estos versos Ramiro, igualmente un saludo desde México.

 

Me gusto mucho como captaste dicha realidad en tu poema. Muy lindos los versos.

 

Me alegra que te gustara.

 

la vida no es perfecta para nadie, a veces los hijos nacen en un mundo lleno de incertidumbre y no sabemos en que terminaran sus vidas si serán o no valiosa, poderosos poema, grato leerle

 

Gracias Marian, pero debo decirte que para mi cada vida es valiosa, sin importar lo insignificante que pudiera parecer, pues siempre hay un fin para cada ser.