1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Historia de dos desconocidos

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Osidiria, 1 de Septiembre de 2018. Respuestas: 0 | Visitas: 572

  1. Osidiria

    Osidiria Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    28 de Noviembre de 2014
    Mensajes:
    309
    Me gusta recibidos:
    376
    5E139131-D35E-4730-9954-A900B4126920.jpg


    Historia De Dos Desconocidos

    Introducción.

    La historia que voy a contar a continuación es inventada, pura ficción, pero si la subimos a la categoría de leyenda eso cambia las cosas, las leyendas, sobre todo en Toledo, tienen doble vida, son como son y las que no son así podemos hacer que lo sean tan solo con creer en ellas, es cuestión de mirar con los ojos del corazón y no solo con los que tenemos debajo de las cejas, podría decir que es todo mentira, pero ¿y si no lo fuera?

    l

    Es la historia de una mujer que me robó el corazón y aún hoy día me pregunto cómo puedo seguir vivo con un agujero tan grande en el pecho y mis venas tan secas como una acequia sin regar.
    Se llama Pilar, o al menos así se llamaba cuando se fue un día lluvioso de marzo antes que la primavera regara las calles de nuevo con sus colores poniendo una distancia entre ella y yo que mis pies no están en condiciones de recorrer. Tuvimos una relación más bien corta, tan solo duró un verano, lo que va
    desde primeros de octubre hasta mayo, y lo digo así porque a pesar del frío nosotros pasamos la mayor parte del tiempo desnudos dibujando soles sobre nuestra piel y haciendo apuestas a ver quién de los dos pasaba más noches sin dormir.
    Ella, contando uno a uno los pelos de mis cejas y volviendo a empezar, yo, buscando entre su pelo revuelto un nuevo amanecer, y encontré más de uno, y más de dos, y los compartí con ella, colgábamos mentiras en el viento y las echábamos a volar, nos servíamos para desayunar una taza de lágrimas pero sin llorar,
    bailábamos con el silencio y nos aclarábamos la voz antes de hablar haciendo gárgaras con un pasado que ambos queríamos olvidar.
    Lo recuerdo bien, nos conocimos en una vieja tienda de discos que hay en la calle Santa Fe, junto al Arco de la Sangre, bajo los soportales de Zocodover, yo andaba rebuscando entre los vinilos los últimos acordes de mi juventud, ¿pero tú? parecías de otro estilo, de otra época, seguro que los Beatles ya se habían separado cuando naciste y los ochenta estaban en plena efervescencia con la movida Madrileña encabezando la lista de éxitos.
    -¿Qué haces tú aquí, en este cementerio de elefantes?
    pregunté con nada más y nada menos que Crosby, Stills, Nash y Young
    haciéndome los coros desde la música de fondo que en esos momentos sonaba por los altavoces de la tienda,
    -estoy de paso en tu ciudad, quiero comprar un regalo para mi padre y he pensado que aquí podría encontrarlo, al dinosaurio de mi padre le gusta, es así de raro,
    -tú que parece que entiendes de esto, ¿me puedes aconsejar?
    -veo que tu padre no ha perdido el gusto por la buena música,
    -si tú lo dices, yo no lo veo así, cuestión de gustos, en cualquier caso, esto es un mundo nuevo para mí y no sé dónde buscar,
    -cómo no, mira, hablando de dinosaurios, aquí tienes un verdadero monstruo,
    T. Rex, con Mark Bolan al frente, seguro que con este no te equivocas,
    -vale, me fío de ti, lo compraré,
    pasó por caja y pagó, desde la puerta me dijo adiós y salió, yo seguí ojeando discos, cuando de repente,
    alguien tocó mi hombro, me volví y ella estaba de nuevo allí:
    -¿te apetece un café o una cerveza?
    asentí, en aquellos momentos hasta hubiera molido los granos de café con mis dientes con tal de acompañarla hasta la barra del mar para conocernos mejor. Fuimos a la cervecería El Trébol, muy cerca de allí, y después de echar azúcar al café y por qué no decirlo, unas cuantas gotas de ansiedad por empezar
    a destripar los secretos de aquella mujer, empezamos a fusilar nuestra atención con preguntas cruzadas y respuestas que a mí me parecían música celestial viniendo como venían de su voz.
    -Y bien, ¿te gusta Toledo?
    -sí, es muy bonito, incluso estoy pensando pasar una temporada aquí para conocerlo mejor, ¿sabes de alguna casa en alquiler por el casco que esté bien de precio?
    -déjame pensar…. pues no, pero mira, vivo solo en un apartamento de 80 metros, en la calle Bajada del Pozo Amargo, junto a la Catedral, me sobran 40, si quieres te los dejo para que hagas con ellos lo que te apetezca,
    -¿cuánto de alquiler?
    -económico, por ser tú tan solo te costará que me dejes enseñarte Toledo,
    -¡Um! es una buena oferta, acepto si me invitas a comer,
    Se me atraganto el sorbo de café que acababa de tomar y tosí, no lo puede remediar, el pulso se me aceleró y la cucharilla tintineó en la taza al depositarla en la mesa, tuve que disimular, demostré un entereza que estaba lejos de tener, no sé si lo conseguí.
    -¿Te fías de un extraño como yo, y si soy un depredador sexual o algo peor?
    -¿y tú de mí? ¡anda que si soy una buscona a la caza de incautos maduritos como tú tratando de vivir a su costa!
    -creo que el riesgo merece la pena
    -bueno, allá tú, pues fiémonos el uno del otro y a ver qué pasa, ¿te parece?
    -por mí de acuerdo.
    Pasamos el resto de la mañana paseando por aquí y por allá sin saber muy bien dónde nos guiaban nuestros pies, simplemente nos dejamos llevar, nos sentamos un rato al sol en la Plaza de Zocodover, y aquí me hice el interesante;
    -Zocodover viene del árabe, significa Mercado de las bestias de carga, ¿lo sabías?
    -no, no tenía ni idea,
    -aquí la inquisición montaba sus espectáculos,
    -¡qué horror!
    Despacio, como contando todos y cada uno de los rayos del sol llegamos al parque del Circo Romano, en la Vega Baja, allí le conté lo poco que sabía de aquel lugar,
    -pues mira: es un circo de esos donde los romanos echaban de comer cristianos a los leones, hay leyendas que dicen que en las noches de luna llena aún se pueden oír los rugidos
    de aquellas fieras y los lamentos de aquellos pobres desgraciados,
    ella me miró sin decir palabra,
    -¡es broma mujer! a pesar del nombre esto era un teatro y no un circo,
    por cierto, ¿eres cristiana?
    -sí, pero hace tiempo que dejé de ir a la iglesia,
    -¿y eso?
    -digamos que el señor párroco que me tocó en suerte no solo usaba las manos para consagrar el pan y el vino, desde entonces recelo de todo lo que lleve sotana,
    -entiendo, y lo siento de verdad,
    -da igual, pero esa herida nunca se acaba de cerras ¿sabes?, dejemos eso, anda,
    -pero a pesar de ser cristiana los leones no pudieron conmigo, tenía que seguir viva porque presentía que algún día encontraría un hombre como tú.
    Me sonrojé hasta las orejas como un adolescente,
    -¡mírate!, oí una voz en mi interior burlándose de mí,
    -todo un hombretón y pareces un colegial, ¿ahora me sales con esas?
    Seguí hablando y hablando como un loro con pilas nuevas;
    Creo que es del siglo l fue construido bajo el mandato del emperador Tiberio, tenía un aforo para 30.000 personas, no creas, con medio kilómetro de largo por más de 100 de ancho, luego cuando llegaron los cristianos empezó su declive, más tarde los musulmanes lo utilizaron algo así como centro comercial
    y luego como cementerio, y al final en la edad media, quedó abandonado.
    -interesante, sabes mucho de esto,
    -que va, pero de vivir tanto tiempo aquí algo se te queda.
    Las horas parecían instantes, las sombras empezaron a alargarse debajo de los árboles y la luz se apresuró a buscar algún rincón para pasar la noche que silenciosa ya rondaba los tejados, cuando Pilar, con un gesto que no esperaba, buscó mi mano, se la ofrecí y con ella todo mi corazón.
    Ya desde nuestra primera noche juntos dormimos sin pijama,
    arropados tan solo con nuestros besos y con los ojos de la gárgolas de la catedral
    fijos en nuestros cuerpos desnudos, aquella noche
    todas las vigilias y oraciones de la ciudad se ofrecieron al cielo en nuestro honor.

    ll

    Dulce despertar entre agujas de seda que remiendan los descosidos del corazón, algunas veces la vida te da una segunda oportunidad, en contadas ocasiones una tercera, los labios de Pilar aún no se habían estrenado con el dolor de una despedida y yo no estaba dispuesto a ser el primero en enseñárselas, vivir el presente, ese era su lema, pero el mañana siempre llega y tienes que aprender de nuevo a caminar entre las ruinas de lo que quedó detrás hacia un lugar que nunca se llega.
    Mi casa parecía más grande, más luminosa, el blanco y negro que antes campaba a sus anchas
    había dejado paso a un baile de colores que danzaban ante mis ojos. Pilar estaba en la ducha, a través de la mampara de cristal se perfilaba un cuerpo con las medidas exactas que mis manos ansiaban acariciar,
    ¿quién puede negarse a los favores de los dioses de la buena fortuna?
    yo desde luego que no, eso pensaba cuando Pilar salió de la ducha envuelta en una toalla y el pelo empapado sobre sus hombros y una sonrisa que me traspasó las entrañas.
    -¿Qué miras , si pude saberse con esos ojos de tiburón?
    -miro lo que hacía tiempo no veía,
    -anda vístete y si te apetece salimos a desayunar, un día es un día,
    y mientras lo hacía me preguntó;
    -por cierto, ¿cómo te llamas, en qué trabajas, cómo te ganas la vida?
    -me llamo Juan, secuestro a muchachas jóvenes y pido rescate por su amor,
    -¿y qué tal te va?
    -no sabría decirte, dímelo tú,
    cogió una almohada y me la tiró entre risas,
    Fuimos a desayunar a Los Cuatro Tiempos, un restaurante que nos pillaba de paso,
    -¿y tú?, pregunté, ¿estudias o trabajas?
    -nací en Bilbao allí me crie y estudié, soy médico, estoy opositando al MIR, me presenté el año pasado pero no conseguí plaza,
    -¡Vaya, cuánto lo siento!, ¿y que especialidad te gusta?
    -cardiología, estoy aquí porque me he tomado un año sabático antes de volver a la lucha,
    -¡y tú, dime, aún no me lo has dicho nada de ti?
    ´-soy guía turístico,
    -¿qué? pero si dijiste….. ¡me has mentido!
    y me dio un puñetazo cariñoso en el hombro
    -lo siento, me dejé llevar, supongo que quería impresionarte,
    -vale, pero no lo hagas más,
    -de acuerdo, además, contigo he olvidado cómo se hace eso, ahora en serio, estudié Historia y después Turismo, luego empecé a trabajar en una agencia de viajes,
    ya sabes, como guía turístico, ( le guiñé un ojo con picardía) hice la maleta y aún no la he cerrado, digamos que me he tomado un respiro,
    me fui a patear el mundo, he enseñado a medio mundo a ver el otro medio, pero siempre trabajando, empapándome de la historia y cultura de otros países, hace un par de años volví a Toledo, aquí nací y supongo que la echaba de menos, ¿pero sabes? albergo la esperanza de hacer un viaje alrededor del mundo pero esta vez como turista, a mí aire, y que sea la gente de allá donde vaya la que me enseñen su tierra,
    -es bueno tener un sueño, ¿ y cuándo te iras?
    -no lo sé, aún lo he decidido, ¿oye?, te podrías venir conmigo,
    -¡ya me gustaría ya!, pero antes tengo que poner en orden mi vida,
    -anda, cuéntame más cosas de ti, me gusta escucharte,
    -pues no sé, ¿qué quieres qué te diga?
    -¿estás casado, tienes hijos?
    -no, no he tenido tiempo para eso,
    -¡vamos!, que como buen marinero has tenido una novia en cada puerto,
    -yo no diría tanto, pero alguna sí que ha habido, sí, no te voy a engañar,
    - ¿y tus inquietudes, en qué crees, Juan, quien vive hay dentro?
    -¡qué pregunta es esa! soy el que soy , soy lo que ves,
    -¡vamos suéltalo!,
    -de acuerdo, fijé mi mirada en un punto indeterminado y hablé;
    -Cuando era solo un niño soñaba con tener una vida que no tenía,
    quería ser caballero pero me faltaba el caballo, aspiraba a ser general de un ejercito que no conociera el miedo y que contará sus batallas como victorias, suspiraba por una patria con flores sin invierno y me decía a mí mismo que era el primero de la lista en aprender a volar por el cielo, cuantas noches no habré pasado yo degollando versos para depositarlos como ofrendas en los altares de los dioses de las letras esperando reconocimiento, entonces para mí el tiempo solo era las afueras de lo eterno y que nunca, nunca visitaría ese cementerio de muertos donde se arrastran por el cieno las notas musicales de los que no acertaron a encontrar una canción que iluminara los corazones, la vida no es un reguero de gritos que lo arrastra todo hacia el silencio, no, para mí vivir no es eso, por eso sigo siendo un niño en un cuerpo de hombre que sueña con hacer realidad su sueño.
    Por un momento nos quedamos en silencio.
    -¿jooooder!
    -perdona, es algo que he escrito hace poco y aún lo tengo fresco en mi cabeza,
    -¿pero tu escribes?
    -a veces,
    -¿sobre qué?
    -pues lo que veo, lo que siento, lo que vivo, puede que escriba algo sobre nosotros,
    -¡oooooooh!
    - ¿y que título pondrías?
    -veamos…..ya sé, lo titularé “historia de dos desconocidos”
    -suena bien,
    -oye, se me hace tarde, he de ir a trabajar, tengo que enseñar la ciudad a un grupo de turistas americanos ,
    -¿y cómo te entiendes con ellos?,
    -en inglés claro, esta gente no se molesta en aprender otros idiomas, ¿para qué? parece como si los demás tuviéramos la obligación de aprender el suyo,
    -¿sabes alguno más?, por tu profesión, seguro que sí
    -sí francés, y algo de alemán e italiano, ¿sabes lo que pasa? que al final, de tanto andar de aquí para allá acabas chapurreando cualquier cosa, incluso me entiendo con chinos y rusos, no te digo más,
    -¡ah! pero hay algo en lo que te gano,
    -¿en qué?
    -yo hablo eusquera, ¡toma ya!
    -me has pillado, confieso que en esto no doy ni una, es muy complicado,
    -anda, dime algo,
    -veamos….. zuk eta biok bikote ona egiten dut
    -lo que te decía, ni una, ¿qué significa?
    -tú y yo hacemos buena pareja,
    -¡aaaanda que me estás liando!, ¿qué vas a hacer en todo el día?
    -quiero repasar algunos apuntes y echaré un vistazo al foro de opositores al que pertenezco a ver que se cuece por ahí, ¿puedo usar tu ordenador?,
    -por supuesto, es todo tuyo, oye no vendré a comer, en el frigorífico tienes algo para echarte a la boca y esta tarde iremos a comprar provisiones para reponer la nevera al centro comercial, los arrumacos y carantoñas están muy bien pero solo con eso nos moriremos de hambre, ¡aaaaauuuu, me gané una buena patada en las espinillas
    -¡pervertido!, sonrió
    -¡gruuuuuu! imité el rugido de un león con mis manos como garras a punto de atacar,
    -y dónde está el centro comercial?
    -en el barrio de Santa María de Benquerencia, al otro lado del río, coloquialmente por aquí se le conoce como el Polígono, por cierto, es allí donde se está construyendo el nuevo hospital de Toledo, ¿quién sabe?
    igual acabas trabajando allí,
    -no estaría mal, pero primero tengo que aprobar las oposiciones,
    -bueno, hasta luego, pórtate bien,
    -y tú ten cuidado con las turistas ¡que hay cada lagarta por ahí!, dijo guiñándome un ojo.
    Y vivimos, simplemente vivimos sin hacer daño a nadie
    durante unos meses que duraron lo que dura una eternidad.

    lll

    Segundos, horas, años, curioso lo rápido que pasa el tiempo cuando te olvidas del calendario, el camino se hace tan liviano que ni se desgastan los zapatos, cuando estás enamorado las estaciones del año se reducen a solo una, estar contigo, la única que abarcan tus manos, Pilar estaba allí, y parecía como si las preocupaciones se hubieran quedado al otro lado de la muralla y fuesen incapaces de remontarla, me sentía a salvo, lejos e ignorando lo que estaba por venir.
    Un día con lágrimas en los ojos me dijo,
    -lo siento Juan, pero me tengo que ir, pero volveré, te juro que volveré,
    -no Pilar no volverás, y si lo haces yo ya no estaré aquí, tienes por delante una vida que has de vivir, y lo tienes que hacer sin mí.
    Y Pilar se fue a conquistar un sueño, y lo consiguió, ¡vaya si lo consiguió!
    cinco años de residente como cirujana cardiaca en el Hospital La Paz de Madrid, tres años en el hospital Cleveland Clinic´s Heart Vascular Institute de Clevelan, Ohio, dos años más en el Gregorio Marañón y por fin, a sus cuarenta y pocos años volvía de jefa al servicio de cirugía cardiaca en el nuevo Hospital de Toledo
    donde lleva dos años. Toledo, su Toledo, ciudad eterna que según la leyenda surgió del sueño de un dios, aquella ciudad seguía muy viva en su memoria, la temporada que vivió allí le marcó como persona, le hizo más dueña de sí misma y a creer más en un sueño que ahora se había hecho realidad.
    Por su parte Juan también se fue, y lo hizo lo más lejos que pudo, no podía respirar en Toledo, le faltaba el aire, parece mentira que aquella mujer y en tan poco espacio de tiempo le hubiera cambiado tanto, jamás lo habría podido imaginar, oía su voz en cada silencio, cerraba los ojos
    y su rostro se colaba entre las rendijas de toda oscuridad, le hubiera gustado poner miles de kilómetros entre su recuerdo y sus pies pero no conseguía alejarse ni tan siquiera unos centímetros, a donde quiera que fuese ella siempre estaba allí, esperándole para llenar de melancolía su realidad.
    Aceptó un contrato de trabajo por cinco años que le llevaría a recorrer Europa de cabo a rabo, desde París a Varsovia, Roma, Praga, Budapest, siempre rodeado de gente, siempre solo, siempre de aquí para allá con el recuerdo bien vivo de aquel tiempo que pasó junto a pilar en su amado Toledo.

    IV

    La mañana de aquel jueves empezó como una más, Pilar leyó el parte de día en su despacho mientras escuchaba su lista favorita de música desde su móvil, ahora sonaba el Get it on de T.Rex con un inconmensurable Marc Bolan al frente , quién se lo iba a decir, le gustaba aquella música de los 60 y 70,
    incluso se había comprado un plato de discos y era dueña de una nada despreciable colección de vinilos de aquella época, Bob Dylan, Eagles, Eric Clapton , etc, etc, culpa de su padre y bueno, de alguna influencia más que no quería ni podía olvidar aunque quisiera. Una jornada aparentemente tranquila, salvo por una complicada intervención a corazón abierto para cambiar una válvula aórtica, “ uf, menudo marrón” pensó,
    pero dentro de lo que cabe, pura rutina, había hecho muchas y nada presagiaba que algo podía salir mal, estaba tranquila, miró la historia del paciente, y de repente fue como si fuera ella la que necesitara la intervención; Juan Álvarez Aceña, “no, no podía ser”, siguió leyendo, lugar de residencia: Toledo, profesión: Guía turístico, Edad: 59. Intervención: Cambiar válvula aórtica.
    No, aquello no podía ser verdad, Pilar resopló como una ballena herida y se hundió en el sillón tapándose la cara con las manos; Juan, aquel hombre le había calado hondo, le había ayudado a madurar, a ser mujer,
    conservaba en su corazón un lugar reservado solo para él y después de tantos años aun le brotaban mariposas de su piel cada vez que recordaba sus caricias. No, no se sentía con fuerzas para coger literalmente el corazón de Juan entre sus manos y erigirse como juez entre la vida y la muerte, lo había hecho muchas veces, pero era Juan, no, no era un paciente más, era parte de su vida y sentía que la suya iba ligada a la de él.
    Y si se decidía a intervenir, ¿se lo decía o no? se presentaba en el quirófano detrás de su mascarilla siendo la cirujana encargada de operarle o la mujer enamorada que fue y que aún lo es?
    La vida a veces te manda mensajes encriptados que son difíciles de leer, te habla en un idioma que no entiendes, te exige ser valiente cuando no lo eres, y ahora Pilar sentía que el destino le pedía estar a una altura desde la cual le daba vértigo mirar, en los juegos de azar no hay apuesta segura, a veces la vida se comporta como una ruleta rusa y no hay dónde esconder la sien, tienes que tirar a dar o a que te den, o retrocedes o avanzas, no hay medias tintas, los valientes no se quedan nunca en retaguardia,
    los héroes siempre están en el frente y a Pilar le había llegado el momento de luchar por la muerte o la vida.

    V
    No le dijo nada, la operación salió bien y el corazón de Juan vuelve a latir sano y fuerte como siempre,
    “el cielo tendrá que esperar porque aún tengo que aprender muchas lecciones de ese hombre”, pensaba Pilar mientras iba por el pasillo del hospital
    camino de la habitación de Juan; ahora sí le miraría a los ojos, pero no como la cirujana que era sino como la chica que se fijó en él en aquella tienda de música para conocerle
    y la mujer que después de su primera noche juntos supo que la vida no sería igual sin Toledo y sin él, además, tenía algo pendiente, la propuesta de un viaje alrededor del mundo que ahora sí
    estaba en condiciones de aceptar.
    -Hola Pilar, te estaba esperando,
    -hola Juan, ¿sabías que vendría?
    -claro, hace tiempo que espero este momento,
    -pero…. no entiendo,
    -bueno, como ya sabes he estado algo pachucho, se ve que algo en mí te echaba de menos
    y me da que solo ha sido una artimaña de mi corazón para que volvieras,
    cuando supe que me tenían que operar pedí que lo hicieras tú, solo tú, y esperé,
    -¿sabías que estaba aquí, en Toledo?
    -sí, incluso te he visto desde lejos,
    ¿y por qué no me has dicho nada?
    -bueno, no quería intervenir en los planes del destino, pero ya ves, el destino o tal vez mi corazón, me han traído de nuevo hasta ti, por cierto, como sabía que vendrías te he traído algo,
    abrió el regalo, era un libro, leyó el título en voz alta,
    -“Historia de dos desconocidos”,
    me miró,
    -Juan, esto es lo que creo que es,
    -lo es, Pilar.

    FIN
     
    #1
    Última modificación: 21 de Enero de 2019

Comparte esta página