Historia de un departamento solo en la adolescencia

Esto que les voy a contar

Ocurrió en una lejana ciudad

En una habitación de un piso

El cual mis padres solían habitar


El sol en esa mañana mataba

A todo lo cual tocaba

Por tal razón no se le dejaba pasar

Pero sin consentimiento alguno

Su calor si lograba entrar


Una visita para hacer cosas prohibidas

Entraría por aquella puerta mía

Todos saldrían ese día

Y yo con una ligera escusa

Creí que los convencería

Para no ir a pasear


Ellos presionaron demasiado

Y eso desencadeno mi enfado

Con groserías los eche de mi lado

Esperando que lo vacío sea de su agrado


Estuve horas esperando

Encerrado en ese verano

El fuego entraba en mi cuerpo

Me conocí a mismo ese día

Y no pasó nada más que eso


Pues ni siquiera puso aviso alguno

Que había cambiado de parecer

Y que por supuesto ya no vendría

 

Estás insinuando que tú sientes Temor ante tus padres, porque ellos te han maltratado duramente, a lo largo de toda tu adolescencia, y a cambio, no has podido cortarles el cuello, con una navaja. ¿ Verdad ? Bueno, será que la navaja que tú usas, es muy pequeña. O tal vez, que no quieres portarte desmesuradamente mal, en tu búsqueda del equilibrio. Prefieres, sin embargo, esperar a que las aguas vuelvan a su cauce, dado que el río es magno, y podría arrastrarnos a todos. La violencia no conduce a buen puerto, y quien mal anda, mal acaba. Por ello, te sugiero que enmiendes la conducta de tus padres, haciendo que la tuya sea netamente distinta.


Como dijo Marco Aurelio, en Roma:


··· La mejor venganza, es no parecerte a tu enemigo. ···


No sólo en los rasgos físicos, pues.
Sino en lo que uno hace, cada día.
Y en cómo se llama.
Cómo te llamas tú, a ti mismo.


¿ Cómo prefieres llamarte, tú ? Por ejemplo: Rutherford Lowenstein.


Y así, das un paso adelante.
Porque no te interesa esa cultura de entropía, en la cuál, todo lo físico tiende a empeorar, dado que las reacciones químicas no tienen vuelta atrás, puesto que son irreversibles.