Hola y adiós

Un día vienes con tu amor a cuesta
enciendes la antorcha del amor y
esparces tu deliciosa miel en los campos,
que bajo la sed implacable del amor,
suele florecer.
Florecer cual desierto milagroso por doquier.
Entregas las manos en señal de pasión
robando el fulgor de las estrellas que según
reza un poeta;

brillan los astros a lo lejos...

Dormitas en la poesía,
en cada valle de estrofas,
respiras el perfume de la insinuación,
dices que no existe otro amor
igual a...
que a pesar de...
que no importa que...

Luego al otro día,
veinticuatro horas de algodón cronometradas
en un giro polar:
te despides
con un adiós de escarcha
que no puedo...
que no insista...
que...

Entonces recojo mis alas
y salto al vacío de todos tus adioses
en estos últimos diez años.

 

Es como estrellarse en el tiempo contra el, contra ella....algo ácido...

Saludos

 

algo así.., saludos poeta