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Hombre de Piedra

Tema en 'Tu Obra Maestra (en verso)' comenzado por timmy, 5 de Abril de 2005. Respuestas: 2 | Visitas: 5484

  1. timmy

    timmy Poeta recién llegado

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    [center:95331b1a60]Hombre de Piedra


    Nunca supo cuando, nunca supo por qué, pero él, un triste y sentimental hombrecito azotado por las decepciones y vencido por sus tristezas, él, se empezó a petrificar; no de miedo ni de desgano, sino de la fría tristeza que le envolvía; así como cuando las preocupadas madres en invierno le echan a sus hijitos cálidos mantos sobre los hombros, así, el manto de la lluvia y el invierno cubrieron a éste hombre, invierno sus ojos, invierno su alma.


    El hombre, sorprendido, hizo de su rostro un atardecer lluvioso; pero no de lágrimas, no, éste hombrecito no lloraba: aunque era capaz de componer y ser dentro de él la canción más triste de cuantas hay, éste pobre hombre no podía llorar, y ni él mismo sabía la razón de ello.


    Y he aquí que sorprendido y triste encontramos al hombrecito volviéndose piedra, sin saber siquiera por qué; sin saber que las tristezas que él había atesorado inintencionado eran un peso más agobiante que cualquier roca en el rugiente océano. Desorientado, el pobre hombre no podía hacer más que suspirar esos últimos alientos que le quedaban, el tren de los días no esperaba, el viento inclemente tampoco y el frío les seguía la gracia...


    Su alma, eso fue lo primero, el día que su pasado le dio la espalda: sus amigos de infancia lo abandonaron, y la piedra empezó a endurecer en el corazón del hombrecito. Luego, sus ilusiones fueron quebradas. Como un espejo se rompe y tras de sí los malos augurios afloran, así afloró la roca donde el consumido dardo de su perdición se afilaba en etapas, en épocas. El alma del hombre se endurecía cada invierno y no aflojaba en cada primavera; al final, el pesado fardo desbordó las costuras de su piel. Su piel se tornó gris, pálida cada tormenta, pálida cada rayo que, seguido del trueno, estremece el alma del más osado. Ese tono pálido pasó a grisáceo, y su gris mirada delataba que el tiempo no perdona a los fuertes robles que algún día sus hojas pierden al viento, que el tiempo no perdona los corazones fríos, aun cuando desconsoladas sus hojas vuelvan...


    Su piel ya gris -cielo lluvioso-, su cuerpo empezó a tomar la textura dura y fría de la roca. Incluso su alma y pensamiento eran los de una inerte estatua, por dentro, el hombrecito desesperado tomó lo que él creía su última resolución: iría, allá donde nadie perturbara su llanto ausente, buscaría el gran abrazo etéreo de la reina soledad y allí, donde los monumentos se suicidan, allí quedaría él, en medio de la envolvente nada.


    Partió pues, el hombre y su peso, nada más, nadie más...


    No se ha de contar detalladamente que el hombrecito en cuestión caminó muchísimo, fuera de los límites de su cotidiana vida, lejos de todo lo antes conocido por él; caminó en la luz, camino a oscuras, besaron sus pasos la tierra e imploraron por un camino de estrellas.


    Vagó éste hombrecito sin rumbo, y cada paso le resultaba conocidamente pesado; conocer... conoció pueblos, ciudades villas y mucha gente, ningún animal; que hasta los nocturnos lobos huían conmovidos y heridos por el aliento de esa estatua caminante, y los gorriones en sus nidos elevaban plegarias por ese corazón de piedra retumbante, corazón herido, latido sin sonido.




    Un día, paró, así, simplemente se quedó ahí, y ya no era el hombrecito, era una estatua de hombrecito, tan triste que se hizo común para los jóvenes enamorados de un pueblo cercano; tan melancólico que los corazones frágiles y afligidos acudían al claro donde se erigía, rezumando nostalgias y contándole historias al viento entre callados sollozos que nadie escuchaba... pero alguien lo hacía, pues nuestro hombrecito aun veía y escuchaba. Allí, paralizado en medio de la nada, lo acompañaban los amores y desamores de gente como él; e iba aprendiendo el hombrecito, aprendiendo a vivir, sólo que no lo aceptaba, nunca lo hizo...


    Así como llegó, un día, simplemente, se fue. Sintió que ya había aprendido suficiente de la vida, y eso que una vida de estatua no se compara a la humana, no en tiempo, no en aprendizaje. Y todos esos años no le pesaron a la estatua más triste del mundo, cuando abandonó el claro florido que le dedicó mil primaveras y caminó hacia lo humano, hacia el calor de un corazón lleno de promesas, lleno de savia, miel y sabiduría...


    Sólo que, lo primero que sintió fue incertidumbre, seguida de esa nostalgia que él mismo una vez inspiró, y luego el vacío intemporal... la tristeza de los recuerdos tocó a su puerta, mientras a la realidad se deslizaban todos esos años lejos de la vida, lejos de lo que habían sido sus remembranzas... lamentablemente, el tiempo no perdona... aunque las hojas vuelvan...


    Y volvió, corrió como nunca a través de los valles, campiñas, campos y bosques, corrió mientras sus tristezas lo volvían más humano, tras él se desmoronaban las montañas, las rocas caían interponiéndose a su paso, e iba dejando él un rastro de estrellas fugaces que se extinguían al llegar el día y por la noche brillaban con todas sus fuerzas porque sabían que iban a morir.


    Y llegó el hombre, llorando perlas, mas no lágrimas, clamando penas, gritándole al cielo por envidiar a la lluvia, reclamando mil injusticias. Y he aquí que el hombrecito suelta una lágrima, suelta dos, y alguien cercano se vuelve estatua de cal, llora un río el pobre hombre y todo el mundo se vuelve de piedra, nadie lo mira, todos lo observan...


    Y así lágrima a lágrima todos los que alguna vez en su vida estuvieron tristes al son de su llanto se vuelven piedra.


    Y he aquí que el hombre se queda solo, y ese hombre llora...


    Emiliano León C.
    2004
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    [center:95331b1a60]...Definitivamente mi obra maestra... Me describe mejor que cualquier reflejo, es más que un espejo... soy Yo...[/center:95331b1a60]
     
    #1
  2. MP

    MP Tempus fugit Miembro del Equipo ADMINISTRADORA

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    Me gustó mucho tu relato.
     
    #2
  3. Ariel

    Ariel Diseño mi vida paso a pas

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    Año 2005.
    En aquel entonces las reglas del portal admitian la prosa poética en el foro de Obras Maestras,se estaba consolidando un gran portal,como lo es hoy en día este.
    Hoy,ya no debría estar en este lugar,pero felicitaremos al escritor para que sepa que seguimos leyendole.
    Un saludo,con cariño,Ariel.
     
    #3

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