Hora de Comer.

El otro día te dije que eras la chica de los sabores, y es que a veces confundo sentidos y otras tantas veces los pierdo.
Y la única forma de mostrar lo que te quiero es a través del paladar.
Sabes a lacasitos en el cine.
Sabes a pizza casera.
Sabes a la cebolla más cruda y rica que me voy a comer.
Sabes a té, sabes a mé.
Sabes a resaca.
Sabes a saber.
Sabes a madrugones.
Sabes a trasnoches.
Sabes a vida.
Sabes de muerte.
Sabes a muerte en vida.
Sabes a vida después de la muerte.
Sabes a vida después de verte.
Sabes a sexo.
Sabes a beso.
Sabes a tinta.
Sabes a lápiz.
Sabes a poesía.
Sabes a rock.
Sabes a jazz.
Sabes a sonrisas.
Sabes a caras largas.
Sabes a lágrimas, pero buenas.
Sabes a lágrimas, esta vez malas.
Sabes a cerveza.
Sabes a burbujas de champagne.
Sabes a agua porque ayer bebí demasiado.
Sabes a gracias.
Saber a de nada.
Sabes como nada y ese sabor no lo quiero para un rato lo quiero para tenerlo en mi nevera hasta que caduque.
Te quiero, comer.