Humano

Contemplad lo que el hombre hace al desandar la tierra.
Contemplad el veneno en el agua, el suelo, el aire y el alma.
Contemplad la crueldad con la que financian la guerra y el hambre,
la voracidad con la que fagocitan bosques y sueños.
Contemplad el cinismo con el que tiran los dados,
con el que juegan a ser dueños de la palabra y el fuego,
a los cuales ingenuamente creen,
poder acallar y apagar a su antojo.
Contemplad las risas también,
las manos en la arcilla y la letra,
el cuero latiendo en el bombo,
la madera y la cuerda haciéndolo en la guitarra.
Contemplad la calidez de las miradas que inventan,
que gestan desde las entrañas de sus corazones,
los silencios y abrazos redentores,
los besos tímidos y explosivos.
Contemplad lo que descubren de la energía
cuando el sol los despierta y la luna los acuna,
y por sobre todo,
contemplad el mas imponente de los momentos,
el pleno brillo del ser humano,
allí donde no hay dinero, ni ropa, ni prestigio ni medalla,
que logre enmudecer la realidad que nuestras venas cantan,
pues dentro de nosotros fluye historia negra,
europea, oriental, arcaica,
hace tiempo que somos uno sin querer reconocerlo,
hace tiempo que comenzó el viaje,
e incluso cuando quisimos andar solos no pudimos,
siempre de la mano de nuestra raíz, siempre conectados,
incorporándonos de a poco y sin apuro, para no marearnos.