Humilde poema de presentación

Sintiéndome enganchado,
al mal querer vivo abatido.
Buscando siempre una pena
a la que aferrarme sin sentido.

Vida sana no la quiero,
aunque me guste seguir vivo,
anochezco destilado.
Vida mía sigue conmigo.

Nuevas metas acometen
a este loco, no poeta,
aferrarme a uñas y dientes
a esta felicidad incompleta.

Ya no vivo y obedezco,
mi camino se hace recto,
de camino a la guadaña
sin permiso ni respeto.

 

¿ Humilde ? La humildad es verdadera grandeza, según el Mesías.
Pero, como diría Francisco de Quevedo y Villegas:


<< Ser humilde es apocarse uno, voluntariamente. Mientras que ser humillado, es que otro, u otros, a uno le apoquen, si habérselo pedido. >>


Entonces, ¿ Cómo te apocas ?
Una manera es la genuflexión.
Otra, andar en cuclillas.
Y otra es ceder el protagonismo.


Interesándote por otros poetas. Es decir:


a ) ¡ Qué bonito es lo que he leído !
b ) Me alegra sobremanera que hayas evolucionado hacia la comprensión del dilema que te angustiaba antaño.
c ) Los dilemas que nos propone la vida, a mí, se me antojan parecidamente a una partida de Ajedrez.
d ) Y sin embargo, también del flamenco, como danza, podremos extraer Sabiduría.