I

Te busque como una ola frenética
con los nervios expectantes y las manos
hirviendo en acida melancolía.

Resollé entre pastizales,
lacerantes. Clame frente al dios
de un ateo y perdí los cabales.

Espere hecho un lago nervioso,
te imagine cayendo por el sendero
de aquella vida sesgada: sollozos

Que puedo pedir, si lo que quiero
no lo puedo tener. Que soñara
si me arrancaron los parpados rojizos.
Como vivir si mi corazón no late, como
morir si mis clamores no se detienen.

La perdí, pero aun la abrazo.
La llore, pero la sangre escose los ojos.
La amo, pero como amar la tierra
polvorienta donde palpita su recuerdo.

La tinta quema la punta de los
dedos, como si en ellos se derramara
las lagrimas de mil dioses. La noche
indiferente, no libera mis ansias.

Aun espero sentado en el camino
bifurcado de una existencia rota.
Sentado, tal vez, el viento se lleve
el polvo adolorido de mis huesos