Ictericia de mi órgano Ser

Hombre del uso del cual se recrimina,
una mujer te gobierna cuando
vas cayendo de los pináculos
de sus senos, en filos tan violentos,
en noches uñaradas y sutiles.
Las palmas te hormiguean,
deseas tocar su inquietud
y ocuparte de la parte
más afectada de su alma.
Ansias tantas cosas:
La cabellera de su vida,
el poema de su rostro,
un mechón de sus caricias,
su vientre en estallido y el deleite
de sus labios pendiendo de tu boca.
La amas, bebes una taza de nostalgia
cada mañana, la extrañas como hacen
todos los imbéciles al atardecer.
Esa saliva avinagrada se acorrala
[SIZE=4]en tu garganta y no puede enfundarse [/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=4]de ninguna razón para dejar de amar.[/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=4]Eres de los que la ven siempre [/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=4]durmiendo entre sus sueños, [/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=4]con temblor y algarabía en las piernas. [/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=4]Te ocupas de ti como de las cosas [/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=4]insignificantes y piensas en ella [/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=4]como un devenir inalienable.[/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=4]Has encontrado tantas cosas para recordarla[/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=4]que esperas, esperas. Intolerante patético [/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=4]y triste. Grita un proceder de nada [/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=4]en tu persona, una sucia enfermedad[/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=4]imputable, ese infante, en tu cabeza, [/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=4]con arco y flecha, que se las sabe todas.[/SIZE][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]

 

El amor suele mover las estructuras más íntimas y es inevitable que eso suceda por más resistencia que se oponga, las flechas salen de adentro hacia afuera, aunque se piense lo contrario. Un gran poema, con una intención en su decir -mi interpretación-de "no quiero nada de esto para mí". Un gusto leerte.

Te saludo.