Idem mental

El soporte mental es infinito

si está bien enfocado,

si en verdad corresponde

con esa identidad que lo secunda.


¿La pretensión de amar?

Lo único más ciego que el amor.


Le llaman soledad a cualquier cosa,

pero el romanticismo

nada tiene en común con el deseo.


“¿Rodeado de gente dispuesta a fascinarme?”


No olvido mis valores, mi personalidad.


¿Autoestima?

Nunca me ha abandonado.

Otros la llaman <<suerte>>.


Antes iba al revés

del pensamiento humano.

Gané más perspectiva,

ahora nadie puede percibirlo.

¿No es maravilloso?


“No me dejo llevar por la experiencia,

el miedo solamente puede llamarme a voces,

el error no existe para mí,

no soy incorregible,

no soy íntegro ni maduro,

no soy igual que nadie ni distinto,

no soy extravagante,

no soy Dios ni Satán,

no soy el elegido,

y sí lo que mi inteligencia quiere transmitir:

Pienso y leo lo mismo.

Yo no sé de qué me sorprendo.

Porque estamos hablando justo de lo que soy.

Y a eso no se le pone ni una pega.”