Ídolos de barro

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Cada uno en las esquinas de su noche,

dejando pasar un tiempo, mientras llega

a ese lugar de cobijo y sustento,

mirando en las pantallas un futuro

con demasiados falsos dioses que confundan

la cercanía de los contactos casi líquidos

perdidos entre dedos, sin pieles,

con sólo números y letras,

un correo electrónico adictivo y desalmado.


La no presencia de los cuartos de baño

donde desnudarse y acariciar una carne

sin complejos, oraciones y quejas

nos vuelve planos,

proclives a besar la foto insinuante

de los ídolos que vuelven

al barro del cual proceden.



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Por eso amo la carne que se toca, el calor que se percibe, el vecino que me saluda...la tía Henriqueta que me vende el pan y me regala una tierna sonrisa...y tantas cosas que se miran desde el ojo de la humanidad corpórea.
Felicitaciones
Un abrazo

 

Muchas veces todas estas cosas se valoran cuando faltan. Gracias. Abrazos.

 

No soy idolatra y pocas veces me deja algo tan admirada de modo que desee serlo. Adoramos e idealizamos aquello que es de nuestro mismo material y luego nos sentimos decepcionados porque nos fallan, pues son como nosotros, ¿Cómo no nos van a fallar? Creo que tienes una fascinación por los baños y me has dado la clave, en ese lugar somos los que somos, sin adornos y sin escrúpulos, tal cual somos.

Besos olor a jazmines

 

Así es, en los baños llegamos a conocernos tal como somos, nada es falso en ellos, por eso amar en un baño es amar sin ningún disfraz, tal como se es, con todos los defectos y virtudes que nos hace únicos, como lo eres tú, como lo soy yo. Besos y siempre más.

 

Buenas noches
Unas bellas letras que son un lujo leer
Gracias por compartirlas.
Un beso