Impar

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Impar


El silencio se duerme
en los brazos repletos
de alas nocturnas;
despierta en los lechos
que envuelve
de miradas ninguna.

Los amantes, de enojos
se cubren los pechos,
y distantes los ojos,
el habla que es muda,
se quedan absortos
separados de culpa.

Se piensa en el otro…
El divorcio, el divorcio locura;
el consorcio cordura
que no tiene rostro,
que arregla distancias,
que mide alturas.

¡Que deja las manos!
¡Que no soy tu burra!,
que tú siendo burro,
no tienes el churro
que merece ésta churra.​

 

Una relación que termina, con dolor de por medio... siempre es dura.

Ha sido muy grata la lectura.
Un abrazo.

 

Los churros con las churras. Gracias Mavila por pasarte, un abrazo

 

Orfelunio me gustó todo menos la estrofa final, un poco estranbótica para mi. saludos amigo.

 

Si hubiera puesto una estrofa más acorde, gustaría por idealizada... pero ésta es más real, como la vida misma. Un abrazo