Infiel

Tu alma matinal reluce transparente,
pero tu alma resentida es como piedra.
Mis renuevos me recuerdan solitario,
siempre siguiéndote en discretos pasos.
Con oídos prestos aguzo mi mirada,
imploro por un saludo, pero te vas y
me dejas plantado. Me invalidas y
me matas, sin hablarte mi razón se
pierde, me acusas de infiel y ya no soy
casi nada. Me rebelo. Tengo blancura
en mi mente y en mi alma. Me empecino
pero me eludes y te sigo, soy perro asustado.
Sería una gran alegría romper tu mutismo.
No digas desconfío, di soy avara de amor,
¿No es mucho mejor...?
Los murmullos y los trinos te entretienen,
pero yo estoy flaco, desgarbado,cuelgo del saco.
Y espero ¿ cuál será el motivo de esta saña...?
¡Sí sólo me viste hablando, saludando...!
No, no, yo te vi besando, estabas enamorado.
No soy ninguna tonta. Yo no me engaño....

 

Pueden ser los celos, estos son traicioneros. Me ha gustado porque me gusta como escribes amigo Julius. Un abrazo. Paco.

 

Una historia de la vida real, matizada siempre bajo tu toque romántico, querido Julios.
La vida misma... hecha poesía.

Cordialmente: El Gitano.​

 

Compañero Gitano, buena evaluación. Hay muchos sucesos que tienen un viso real. A ello se le agregan los ingredientes imaginarios. Pero no significa esto, lo infalible. El fondo ,como tu sabes, va mucho más allá que la deslealtad. Al concebirlas como situaciones humanas de toda época, es otro ingrediente emocional plausible e inevitable en las relaciones de toda índole...Gracias por tu importante aporte, saludo con todo afecto. Julius.

 

Infidelidad y amor van de la mano amigo Julius, nunca se sabe que camino va a tomar cualquiera de ellos.
Excelente trabajo. Enhorabuena.
Un abrazo.

 

Asi es, amigo Halcón. nunca se sabe... me alegra que te haya gustado. Saludo de siempre con todo afecto.

 

Estimado Paco, disculpa mi tardanza. Pero siempre habrá algún tiempo para responder como tu mereces. Estoy muy complacido pues al volver leí tu hermoso comentario. Eres siempre tan amable y generoso que me siento muy feliz, amigo. Y te doy las gracias con mi mayor afecto. Nos escribimos...
P.D. Tienes mucha razón: los celos son traicioneros aunque muchas veces sean inevitables.