Ingenuidad

Ingenuidad


Ella piensa que tiene los ojos pardos,
mas sus ojos no son pardos,
comienzan con el azul del cielo que suelen llevar los días de primavera
le siguen prados eternos que alimentan a los poetas mas voraces,
cambian a tierras labradas por los mas exigentes agrarios,
y terminan en el negro de la mejor labrada gema,
y mi princesa piensa que tiene los ojos pardos…

Ella creé que una canción de Silvio puede para ella estar bien dedicada
Nueve sinfonías de Beethoven,
el dolor de la agonía de la agonía del réquiem de Mozart
Parker destrozándose por cambiar el rumbo del jazz
Chopin tísico escribiendo sus Polonesas,
Schumann con su Concierto para Violín antes de enloquecer en su manicomio,
ininterpretables piezas para piano de Ravel,
todos se conjugan en el devenir de la historia,
tratando de componer la pieza perfecta para mi princesa,
no pueden ante tanta belleza
caen abatidos,
pero ella piensa que una canción de Silvio esta bien dedicada para ella…

Y ella creé que no es tan bella,
Pero Venus ha muerto,
y Boticelli ha caído rendido entre sus brazos,
Afrodita lanza gritos desesperados,
Mi princesita,
por bellezas infinitamente menores,
se han divido reinos,
generales han perdido grandes batallas,
Mi Princesa, te lo aseguro,
por bellezas infinitamente menores.

Y es tan severa mi aseguración,
que hoy firmo con todos mis nombres.

Antonio Alonso Pérez Trautmann

 

Delicioso tu poema querido amigo...melodía vibrante...
Un gran gusto leerte...sé bienvenido!!
Te abrazo con todo mi cariño...