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El edificio abría miles de ojos al mundo material...
Los hombres seguían en su labor, para que éste se elevara cada vez más alto...
Se mezclaban manos sudorosas entre los ladrillos, manos diversas y palabras iguales...
En cada particula de la construcción había miles de gotas de sudor humano, formadas por ira, vanidad, envidia, codicia, hipocresía, lujuria y gula...
Poseía una ecalera de torbellinos que lo envolvía...
El cielo azul y sereno se alzaba en lo alto, desde alli contemplaba la obra creadora, el mismo universo se estremecía ante las vibraciones emitidas por las manos sudorosas, afanadas en su tarea...
Lentamente se fueron perfilando siete cuadrados, recortados sobre las aguas de un rio, el más elevado se perdía en el infinito azul, entre nubes algodonosas...
En la primera planta una gran serpiente se enroscaba, por su boca emanaba un rio de ira roja como la sangre...
En la segunda planta una especie de águila gigantesca con cabeza de cocodrilo y lengua rasposa lamía sus plumas de vanidad, atusándolas una y otra vez...
Al contemplar la tercera planta, se podía distinguir una figura grotesca que esparcía algo parecido al hollín, se deshacía y de nuevo se volvía a reconstruir, con las particulas negras de la envidia, asi una y otra vez, de forma interminable...
Al llegar a la cuarta y quinta planta dos hermanas inseparables hacían su aparición, la codicia y la hipocresía, estaban unidas, enlazadas por un profundo beso...
En la sexta planta bailaba la lujuría, que era aplaudida y coreada desde la septima planta por la gula...
Los hombres continuaban sus labor, miraban con ojos de hombres sin ver nada, oían con oidos de hombres, sin oir nada...
El sudor de sus manos se mezclaba para lograr la elevación del edificio...
Los ojos se encontraron, se miraron entre sí, las almas sintieron miedo y un frío helado...
Los labios ya no emitían palabras, sólo extraños sonidos, vibraciones que provocaban un terrible terremoto humano...
Las paredes empezaron a temblar con aquellos sonidos, confundiéndose con las grotescas figuras que habitaba cada planta y que ahora bailaban una danza macabra...
El terror brillaba en las pupilas humanas, la construcción se derrumbaba con cada nuevo sonido, los hombres corrían despavoridos, otros eran aplastados por la confusión, mientras seguían balbuceando sonidos incomprensibles...
De repente una lengua fría se alzó en el firmamento, lamiendo la creación humana, lavando las gotas de sudor vertidas por tantas manos...