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Inocencia y ventriloquia

Tema en 'Poesía Cómica, sarcástica (sainetes y otros)' comenzado por F. CABALLERO SÁNCHEZ, 9 de Abril de 2014. Respuestas: 1 | Visitas: 516

  1. F. CABALLERO SÁNCHEZ

    F. CABALLERO SÁNCHEZ Poeta recién llegado

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    Inocencia y ventriloquia

    Cuento

    Se cuenta y no tiene fin
    una abundancia de cuentos
    referidos a esos nobles
    e inocentes lugareños
    que han nacido en Lepe (Huelva)
    bien porque son muy sinceros
    o por pecar de inocencia
    (que es cierto don que tenemos
    y que surge muchas veces
    en los corazones tiernos,
    infantiles, sin maldad)
    Referiré como ejemplo
    el suceso que me han dicho
    de algún sencillo lepero:
    En uno de esos cafés,
    de carreteras de pueblo,
    donde te sirven comida
    y te venden pan cateto,
    sin que recuerde el lugar
    de tal acontecimiento,
    apareció cierto día,
    con aire de pregonero,
    un formidable ventrílocuo
    con su adecuado muñeco
    que, al parecer, pretendía
    ganarse allí su sustento
    bien por falta de trabajo
    o simplemente queriendo
    encontrar un auditorio
    donde mostrar su talento.
    Movía con gran pericia
    los labios de su muñeco,
    el cual le hablaba a la gente
    con un lenguaje correcto,
    animoso, divertido
    y con su pizca de ingenio.
    Y todo el mundo reía
    el parloteo del muñeco
    al darle a todo respuesta.
    Con un giro picaresco
    anunció contar un chiste
    de un divertido lepero...
    Y en ese preciso instante
    un hombre, con un gran cuerpo,
    se levantó de la mesa
    donde tomaba su almuerzo
    y dijo alzando su voz:
    -¡Eh!¡”Cudiao” con los leperos!
    ¡”Cudiao”..., muchísimo “cudiao”
    con las pamplinas y cuentos,
    que se dicen sin razón,
    de los hijos de mi pueblo!
    El ventrílocuo intentó,
    tranquilizarlo, diciendo
    a la vez que aparecía
    una sonrisa en su gesto:
    -No se preocupe, señor,
    que todos son, más o menos,...
    unos chistes inocentes
    llenos de humor y de ingenio...
    Y el señor que protestaba,
    al fin y al cabo un lepero,
    dijo esta frase con rabia
    dando un porrazo violento
    sobre el pobre mostrador:
    -¡¡Cállese usted, caballero,
    que nada va con usted!!
    Le estoy hablando... ¡¡¡ al muñeco!!!
     
    #1
  2. murdock

    murdock Poeta adicto al portal

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    muy bueno me ha sacado una sonrisa
    un polacer leerte
     
    #2

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