Inquebrantable

Quien no se fija en sus síntomas no deja de ser un enfermo.
Al igual que la «realidad» me ha pasado por encima, ése es un tema de debate en cuanto me pongo serio, y tomo conciencia -más aún de la «debida»-.
Y es que es ley de vida que no hable como nadie en este puto planeta.
No odio a la gente -no, qué va- ni a la vida -otra vez con la vida-, simplemente antepongo mis virtudes -se cuentan por miles-, y cualquier conversación en mi presencia se convierte en... en fin... que no me gusta hablar de lo que me rodea.
Pero esto no va de opiniones, va de cotorrear para darse importancia, así que aquí estoy.
No como uno más.
Transmitir algo endiabladamente bueno respetando la obra de Dios, teniendo en cuenta que... bueno, que a mí no se me tiene en cuenta, es como darse un martillazo en el empeine.
Y es que esto no tiene nada de sentimiento, ni de abstracción, ni mucho menos de empatía.
Es como ver a una tía «buena» que no te inspire ni respirar.
Esto no es enfermizo ni casposo.
Simplemente porque lo digo yo.
Y si no me embriago yo de mis palabras, quién coño iba a hacerlo.
No soy ni pregonero ni médico, pero me creo con derecho de reventar el lenguaje.
No soy ni Dios ni un gángster, pero me creo con derecho de imponerme.
No hay deberes ni imposiciones sobre mí.
He llegado muy lejos con la escritura, como para que ahora me intenten vender la vida -oootra vez-.
Que no, pesaos, que no, que no cuela.
Ahora, intenta convencer a alguien más de todo esto, Ricardo.
Menudo berenjenal.
Por lo menos hemos tomado conciencia.
¿Y tú quién coño eres?
Soy tu único amigo.
Tú no tienes una enfermedad mental, tienes un problema con el mundo.
¿Problema? ¿Qué problema?
Crees que todo tiene que ver con la forma en que se mire, y aquí hay solo una forma.
¿Dios?
No. La fe en Dios.
Ya te has armado de paciencia y de conciencia.
No compartes tu particular forma de ver el mundo porque nadie la comparte.
Has querido quemar todas esas libretas que te han mantenido vivo.
Y hoy te conoces, por fin.
Hoy sabes de qué estás hecho.
Tú no tienes una enfermedad.
Ni siquiera delirios de grandeza.
Tú tienes fe.
Tú eres fe.
Estás hecho de fe.

 

Creo que el planeta es bendito.
No puto.
Por otro lado, ser Hércules puede estar de moda.
Entonces, Platón remaba con sus solas fuerzas, para conquistar su Sabiduría.
Esa metáfora nos sirve para llegar hasta el rey Salomón, que decía que los fuertes acaban dominando.
¿ Qué quiero decir con esto ? Pues que hay alegría, en la base.
No es la esencia, sufrimiento.


El sufrimiento, sin embargo, sí forma parte de la esencia. Pero la esencia es alegría.





Está todo mezclado.
Debemos gozar y sufrir.
Vivir y soñar.
Nacer y morir.


¿ Por qué debemos hacerlo ? Porque es el camino. Vivimos, soñamos, gozamos y sufrimos. Así es el Universo.

 

Ey Nommo, pues decirte que evidentemente no coincido. Ni contigo ni con nadie, no es personal ni mucho menos.
Ya hace tiempo que pasé esa etapa.
Desamores, envidia, bla bla bla, y todos esos rollos.
El mundo está dominado por el pecado y la inconsciencia, sino ya lo comprobarás. Hay que sentirlo. Por más que yo te diga...
Gracias por compartir tu opinión.

 

Ricardo, el mundo puede esperar, pero tú, no.
No peques.





Procura no enojarte, y no reírte.
Eso hace el Creador.
En él no cabe el enojo, ni tampoco la risa.

 

Cierto!! I love you, Nommo!