Insomnio

INSOMNIO

Espero aquí sin pausa que el tiempo se detenga,
con una melodía posada en su silencio.
Hay humo de esmeraldas; es para que contenga
el hoy que del pasado apenas diferencio.

La cama duerme abajo de mi insomnio pesado,
acompasando pasos avanza el minutero
con ritmo que me deja sin paz y obsesionado
por ver a los segundos helándose primero...

Ya mucho se ha perdido, atrás ya no se vuelve...
Rimando con los labios, contando con los dedos,
describo el clima insano que lánguido me envuelve
dejándome confuso, frenado en sus enredos.

Las garras de la noche rasguñan mi hermetismo,
respiro por los ojos aguados sinsabores.
Un punto en mis latidos dará a mi pesimismo
la cura que no encuentran ni magos ni doctores...


Ariel Carrizo Pacheco
24/04/2017​

 

Hola Poeta, ante nada , me alegra mucho tu regreso a estas páginas, bienvenido de nuevo.
Me gusta mucho tu poema en serventesios alejandrinos, Ariel; te diré que muchos de los míos, son hijos del insomnio, de las noches en vela; quizás los mas tristes. pero los mas sinceros, donde dejé mi piel, como esos insectos que dejan su piel y toman una nueva, doloroso proceso.
Como Juan, escojo esos últimos versos, a los que me siento cercana.
Te felicito por tu excelente trabajo y reitero mi bienvenida.
Un abrazo.
Isabel

 

¡Muchas gracias!, querido Poeta, por esta sensible y generosa interpretación sobre este, como bien dices, "impostado personaje" convaleciente que busca una sanación en su lecho; aunque sea ese postrero punto que termine con sus latidos... más allá de que su deseo sea "ver a los segundos helándose primero"... que el ritmo del tiempo termine antes que él.

Me alegra que te haya gustado y te envío un fraternal abrazo, ¡hasta pronto mi Amigo!:

Ariel

 

Mil gracias a ti, compañero por tanta generosidad y gentileza al tomarte la molestia de detenerte en este espacio. Guardo tu valioso comentario entre mis buenos recuerdos. ¡Un saludo colmado de alegría, y un hasta pronto!

 

Libélula, inspiración encendida que vuela siempre hacia buen puerto. ¡Gracias por esta bienvenida!, gracias por estas palabras emocionantes que repercuten en el templo de la noche; la altísima noche tan enigmática como nuestra. Con mis mejores augurios te hago llegar otro abrazo vencedor de distancias. ¡Hasta pronto, poetisa, amiga, generosa Isabel!

 

¡Mil gracias perfumadas de dulces recuerdos! Me alegra saber que estos versos hayan pasado por tu artìstica sensibilidad, querida Marah. ¡Mi abrazo emocionado!