Instante de verano

El cielo pinta la tarde
de azul y nubes blancas.

En la ermita del pueblo
dobla una campana,
y una brisa afable
esparce las campanadas.

El beso del ocaso,
una plaza solitaria
con la fuente verdinosa
y su melodía del agua.

Y yo, sentado en un viejo banco
llevando al aire la mirada
con la canción de gorrioncillos
brotando de sus gargantas.

El cielo pinta la noche
con estrellas blancas,
y la luna en el cenit
mengua mi sombra solitaria.

En el silencio dormido
se oye cantar a la cigarra.

 

Soberbio y magistral poema pleno de poesía , me ha trasladado a mis años de adolescente cuando por las tardes a las 5 pm iba a una plaza muy arbolada cercana a mi casa y me sentaba a disfrutar de la fresca brisa y a piropear a las muchachas.
Un abrazo querido amigo.

 

Bucólico y ensoñador poema nos compartes, amigo Luis, un placer que nos regalas...

​

 

Celebro que haya sido de tu agrado esta repentina composición fruto de ayer tarde/noche querida amiga.
Otro abrazo para ti Laly.

 

Jajaja buenas tardes te pasabas amigo mío.
Muchas gracias Manuel por tu gentileza.
Fuerte abrazo

 

Celebro amigo Marcos que esta improvisación fuera de reglas haya sido de tu agrado.
Como siempre fraternal abrazo.

 

Pues mira, una tarde de paseo, un parque con una gran fuente en la que sólo se oía su música y vas y te sientas a la sombra...eso fue lo que pasó querida y entrañable amiga, un momento de relajación sin pensar en nada y sin ruidos ajenos, solo la fuente y los gorrioncillos.
Me alegra mucho ver que te ha gustado el pasó de la tarde en estas letras alejadas de reglas.
Muchas gracias mi tierna y dulce Isabel, querida y entrañable Dulcinea por tus dulces palabras para este tu Escudero.
Miles de besos y abrazos con cariño para que no te falten.
Cuidate mi bella poetisa!!