Instante - Espera - Despertar

Instante


Esperando.



Escogiendo

cuidadosamente

la siguiente nota.



Entretenido

con la dulce visión

de un niño

que se mantiene

ingrávido

en el aire,

con sus botas

de juguete

apuntando a un charco

de agua rosa,

que sonríe

con los brazos abiertos.



Las agujas del reloj

se mueven caprichosamente,

como dos brazos

traviesos

que se balancean

y hacen malabarismos

lanzando sus números

al aire.



Mientras leo

en el techo

esas horas,

las dos, las tres,

las once, las diez.



El tiempo vuela literalmente.



También tengo un libro

del tamaño de una sábana

cubriéndome las piernas.



El niño flota

y yo subrayo las figuras

que dibuja en el aire.



Cierro los ojos.



Espero.



No tengo tiempo.



Pero estoy aquí.



En este habitación de hospital.



Contigo.



Miro por la ventana.



Algunos edificios

se pelean por estar ahí.



Espero tranquilamente.



No aparece el paisaje.



Me acerco

y toco

el cristal de la ventana

con mis dedos,

que repiquetean

algunas notas

escondidas

en crisálidas

de agua.



Es extraño.



No aparece el paisaje.



En lugar de eso

hay un camino gris

con dos carriles separados

por una hilera de flores blancas.



Esos malditos coches

van a aplastar

a las discontinuas florecillas blancas.



Reconozco lo que sienten.



Estando allí fuera,

con prisa,

con frío.



Con hambre que saciar.


Con ansia insaciable.




Se alimentan de velocidad, de estrés, de vértigo.



Se comen árboles enteros.



Salen tarde.


Llegan a la hora.



Se lanzan con los ojos cerrados

como puños

y arañan el suelo.



Cumplen los horarios.



Se desprenden de la prudencia

y del respeto,

que pesan demasiado,

que no están de moda,

que no se llevan.



Lo inmediato

está por todas partes.



Se cuela

el veneno del paso del tiempo.



La vida son dos días elegidos con mal gusto.



Excusas para todo.



No recuerdo la última vez

que encontré una puerta abierta.



¿Qué hora será?


Está anocheciendo.



Voy a dejar de mirar

por la ventana.



Me quedo aquí,

disfrutando

de nuestro tiempo

juntos.



Del paisaje

inabarcable

que me abraza

cuando abres los ojos.



Estás despertando.



Estás más despierta que nunca.



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tendré q seguir escribiendo... X)

 

Sigue escribiendo amigo.
Me gustó mucho.
Un abrazo.
Zulcas.

 

Un abrazo para ti, Zulcas