introducción a la filosofía

escribir lo que a uno le sale de los huevos
haciéndolo ver tan fácil como si se tratara
de menearse los ídems y arrojar al aire
lo que fuese que saliere de ellos
es en realidad más complicado de lo que parece
y requiere un cierto grado de disposición intelectual
así como también de haber realizado
amplias incursiones en las distintas áreas
de la ciencia y el saber humanos
y en ocasiones incluso haber tenido que emprender
arduas investigaciones de orden filosófico
analizando abstrusos y complejos sistemas metafísicos
creados por profundos y eruditos pensadores
-hegel, schopenhauer, nietzsche, witgenstein-
que por lo común tienen la puta costumbre
de plasmar sus ideas en tratados kilométricos
y utilizando el lenguaje más hermético posible:
tomemos por ejemplo el caso de schopenhauer
filósofo alemán del siglo 19
misógino, retrógrada, antisocial inadaptado
que antes de cumplir los 30 ya había escrito
su obra magna "el mundo como voluntad y representación"
un puto libraco de más de 2000 páginas
que durante más de 20 años a partir de su publicación
fue considerado por la comunidad filosófica mundial
como un claro ejemplo de papel desperdiciado
y en cuyas turbias aguas hace algunos meses
tuve la pendeja ocurrencia de sumergirme
a fin de recabar ideas para mis poemas nihilistas y amargados
una experiencia a la que por poco no sobrevivo
habida cuenta del agotador esfuerzo mental que me supuso
desentrañar un mínimo de sentido dentro de
todo aquel nauseabundo laberinto de incomprensible jerga
erigido a modo de muralla protectora
con que el hijoputa de arthur consideró necesario
salvaguardar de quedar expuesto a miradas profanas
el invaluable descubrimiento intelectual que su portentosa mente
había logrado realizar luego de peliagudas elucubraciones
-y un largo periodo de abstinencia sexual y alcohólica-
descubrimiento intelectual que, una vez leídas
las 2000 putas páginas de apretada y diminuta caligrafía
de que consta el ya citado mamotreto de mierda
no me pareció realmente que justificara
la enormidad del empeño que debió significar para su autor
no sólo redactar un manuscrito de tales proporciones
sino haber tenido que tragarse sin duda previamente
no sé cuántos miles de aburridos libros
a fin de hallarse en condiciones para acometer
la sobrehumana proeza de desentrañar definitivamente
la respuesta a la madre de todas las preguntas que
desde que el hombre es hombre ha intentado éste contestarse
y que sucintamente interroga acerca de aquello en que consiste la vida
pregunta a la que, finalmente, a mediados de 1818
-en la ciudad de dresde, donde vivía practicamente como un puto ermitaño-
y luego de haber dedicado varios años a poner por escrito
las pruebas y argumentos que al respecto
había logrado acumular a lo largo de prolongados periodos de reflexiva introspección
pudo responder schopenhauer afirmando
que la vida en realidad es una puta mierda y poco más
afirmación que por lo demás complementó
declarando que los hombres son todos unos hijos de puta
que las mujeres son sin excepción unas zorras interesadas y frígidas
cuya básica aspiración consiste en vivir de los hombres y para lograr lo cual
fingen hallarse tan subyugadas por el sexo como ellos
(cuando lo cierto es que nada les importa menos
que dejarse poner una buena revolcada)
y asegurando, nuestro sabio, como epílogo a sus infinitas digresiones
que lo mejor en última instancia hubiera sido
no nacer y en caso de no haber podido
evitar la desgracia de haber venido a este mundo
-nunca está en manos de uno impedir que otros lo nazcan-
lo segundo mejor era de plano suicidarse
una recomendación que, para mi gusto
habría hecho bien en observar y aplicarse en carne propia
a la edad más temprana posible el mismo schopenhauer
de tal modo que actuando así jamás hubiese podido tener
la menor oportunidad de escribir su cargante y pretencioso librito
en suma para acabar diciendo sólo un par de cosas que
sin perjuicio de los miles de libros que leyó para documentarse en torno a la materia
lo más probable es que el cabrón se las sacara simplemente
de los putos huevos

.

 

Me hiciste recordar una ley de Shopenhauer que me parece interesante y que como bien dices es muy probable se las sacara de los putos huevos, para explicar sencillamente la entropìa:

"Si pones una cucharada de vino en una tinaja de mierda, tendrás mierda."
"Si pones una cucharada de mierda en una tinaja de vino, tendrás mierda."

Abrabesos Villa.

 

valioso acto de amor al prógimo el suyo, se le agradece

 

Gracias que siempre hay alguien dispuesto a sacrificarse por otros y no venirnos con mucho rodeo. Saludos