inVerso

El conocimiento: El privilegio de comprender un poco más la naturaleza, de cómo las vírgenes bailan sus pasos alguna vez olvidados, bostezar el sabor que muge en la galaxia. Ojos hambrientos que ansían ver colores en la oscuridad, una mano que se detiene (la extensión de los sueños).


Cuando los hombres piensan, las mujeres aman, y los niños ríen, rotan sentimientos que se comparten. A la deriva, a la vista, barco a la vista, ¡La vida está cerca, compañeros! La vida no se va, viene en su paso sigiloso frente a las decoraciones panales, miel, corazón, pureza camuflada bajo el frufrú de sabores intensos. Los conejos en sus agujeros rumorean un plan de ataque a los hombres. Dejen que suban a ver qué pasa.


¿Dónde estuvimos cuando los árboles habían dejado de bailar producto de la melancolía y el olvido que nosotros mismo generamos sintiendo la culpa de no haber creído en sus mudas palabras? Somos daltónicos cuando se trata de ver el color de la paz, somos simples cuando buscamos errores, los errores se hacen celestiales si es que caminamos cerro arriba, baila, luces encandilando moscas que se comen putrefactos cuerpos, animales, vidas muertas bajo el estrés substancialmente colectivo.


La esencia de los que aprendieron a ladrar y desencadenar frases heridas que hieren yagas cortando hombro, cabeza de sangre llorando el infinito.