Iridiscencias.

Solo en el fin del año tú me besas
y luego hay que esperar mucho al siguiente.
A veces siento ser una indigente.
Ya sé que tú no das muchas promesas.

Nadie va a reclamarte que dijiste,
nadie puede exigirte tu presencia,
nadie podrá dictarte una sentencia
nadie podrá decir que me quisiste.

Nadie, tan solo yo que siempre espero,
que me muero de frío, (es que es invierno)
envuelta en este anhelo sempiterno.

Mas mi anhelo, aunque tibio, es agujero,
frío deja colar, que cristaliza,
no lo cruza tu luz que brillo irisa.
​

 

Todas tus saetas dan en el blanco.
Un beso, Luciana.

 

Gracias por el rescate y el amable comentario. Un beso.

 

Tienes razón en el conteo del primer verso, ya lo he corregido. De lo demás no creo que sea necesaria una corrección. Mucha gracias por revisar mi escrito con tal cuidado. Un abrazo.

 

Precioso poema Luciana, muy bien logrado, abrazos.

 

Ramón, poeta, gracias por tu amable comentario. Un abrazo.