Ironía

Escribo con pluma de fuego en la mano,
versos que arden, que queman y hieren,
pero nadie comprende, nadie toma en vano,
la ironía que en cada palabra cierne.

Dicen que mi risa es un canto sincero,
cuando es un grito oculto en la marea,
la máscara de un alma en desespero,
que en la ironía su verdad recrea.

Mis poemas son espejos deformados,
reflejos torcidos de mi realidad,
pero el mundo los toma como encantados,
sin ver la sombra tras la claridad.

Cada rima es un guiño, un susurro mordaz,
un desafío al entendimiento común,
pero la ironía se pierde, fugaz,
en la mente de aquellos sin corazón.

Sonríen al leer lo que escribo,
sin captar el filo de mi cuchilla,
la ironía es un eco, un murmullo vivo,
que en la ignorancia se estrella y brilla.

Así sigo, poeta de la contradicción,
tejiendo versos con hilos de ironía,
mi verdad oculta en la perfección,
de una mentira dulce que nadie espía.

Escribo para aquellos que saben leer,
entre líneas, entre sombras, entre suspiros,
pero la ironía, como un amante fiel,
solo unos pocos la captan en mis giros.

Ironía, mi arma y mi escudo,
mi voz en el silencio más rudo,
seguiré cantando, aunque nadie entienda,
la ironía que en mis versos se encienda.