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Ironías del destino

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por ATDRIEL, 16 de Julio de 2020. Respuestas: 0 | Visitas: 273

  1. ATDRIEL

    ATDRIEL Poeta asiduo al portal

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    Invierno. Un café servido muy caliente. Contemplo su olor penetrable y las figuras que del humo de la taza salen. Faltan pocos minutos para salir de casa y el café quedará a medias. Hoy es lunes y tengo que acudir a esa cita. Otros días la taza de café quedaría vacía. Era un día nublado y de mucho frío, nadie pensaría salir de casa, salvo yo. El que me esperace podría pensar que vendría o no. No estaba obligado a ir. Pero un capricho mío me impulso a hacer lo que comúnmente no haría. Entonces, dejé la taza de café en la mesilla al lado del sofá y me incorpore de él hacia la puerta. Estaba bien abrigado, llevaba una gabardina azul oscuro. Ya en la calle comprobé porque la gente no saldría de su casa: hacía un frío que calaba hasta los huesos. Caminé unos cuantos metros hacia la parada del bus. Pensé en regresar lo más pronto posible, pero el bus no aparecía. ¡Qué raro! me dije. Esperé algo de media hora y el bus extrañamente estaba vacío. Cuando lo abordé salude con un ¡Buenos días! al chofer que lo note algo angustiado: “Le pasa algo! le dije.” No, nada” me respondió. El bus iba acelerado más allá de lo acostumbrado.Mientras avanzábamos pensé en Lola quien a sus 72 años a penas podía moverse. Vivía unas cuadras más abajo que nuestra casa. Le daba por criar animales abandonados como perros o gatos. Decía: “Son mis hijos”. Lola no pudo casarse como hubiera deseado sus padres; pero si llegó a tener un solo hijo. Muy joven tuvo un enamorado que lo dejo marcado para siempre. “El amor es una quimera, la verdad es que te hace sufrir.”Se dijo Lola y dejó de lado a los hombres desde muy joven y los cambió por los animales. Acostumbraba a salir por las mañanas a dar comida a sus gatos que se hallaban en el parque, frente a su casa. Cuando lo hacía al cruzar la pista se vio como el bus se le vino encima y quedó herida mortalmente. Allí quedó Lola tirada y ensangrentada con la comida de los gatos desparramado en la pista. El chófer del bus quedó impactado con la escena y lleno de pánico, dejó que se desangrara a la atropellada y dio a la fuga. Y cuando el bus que aborde había recorrido unos buenos kilómetros y la gente subía como si nada pasara. El chófer encendió la radio, y para su mala suerte, sintoniza el informativo de la mañana que daba cuenta del atropello de una anciana de más o menos 70 años en la calle De la cruz y que según la policía e información de algunos vecinos la víctima respondía al nombre de Lola Aguirre. Al escucharlo se me paralizo el corazón y el pecho me oprimía, temblé involuntariamente al darme cuenta que el nombre que había escuchado se trataba de mi madre. Al rato, se escucho la sirena de una patrulla de policía que hizo que detuviera el bus. Lo habían identificado por la placa del vehículo, alguien debió presenciar el atropello. Al parar el bus el chófer gritaba: “Soy inocente, soy inocente”.Yo que estaba sentado a la mitad del bus me levante y me dirijí al chófer: “Maldito ahora lo vas a pagar… mataste a mi madre.””Te pudrirás en el infierno.”El agente de policía me detuvo: “Tranquilo muchacho… nosotros nos encargaremos de que lo pague. El agente le pidió sus papeles y mencionó el nombre del chófer: Justo Diaz, el nombre que alguna vez mencionó mi madre, diciéndome que él era mi padre y que nos había abandonado. Y ahora las vueltas que da el destino: Mi padre matando a mi madre, qué ironías del destino. Al final, quedo con una madre muerta y un posible padre encarcelado.
     
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