Jamás

Extrañar... La palabra que ronda en mi cabeza sin encontrar explicación. Y se bien lo que se siente, un vacío en mi interior, que no se si resanar o dejarlo cobrar vida, tal vez pueda desahogar lo que duele a mi alma herida. Cada vez que tú te vas, que te alejas de mi vida, el dilema de esperar o seguir como alma en pena, que ansía tu llegada, cuando asomes a la puerta, ese cuerpo que me mata de placer con solo verlo, no se diga lo que pasa cuando dejo mis lamentos, y doy paso a aquel amor tan volátil como el viento, que me roza suavemente y me lleva a otros senderos, donde el bien y el mal no existen, sino que se complementan, en una lluvia de fuego, que arrasa por donde quiera. Maldita sea esa tormenta. que provocas cuando vienes, refugiándote en mi piel como un animal silvestre, que no sabe a dónde ir, la vida lo ha lastimado y sólo busca en el mundo cómo olvidar el pasado. Pero esa sensación de estabilidad efímera, se desvanece junto con tu llegada al clímax, y vuelves a ser el hombre por el que sufro desvelos, que parece saber siempre cuando estoy por irme lejos. Tan lejos de tu mirada, de tus huesos que asesinan, de tus sombras que me envuelven, peor que en una pesadilla. Y si dejo que me invada la presencia de ese hueco, la atmósfera de tinieblas que he creado como cielo, volverá tan gris y helada a llenarme de recuerdos. Imágenes y momentos, que tal vez nunca existieron, mi mente los ha creado como agua en un desierto, para cada vez que te nombre pueda volar al lugar, dónde mi errada razón piensa que te ha de encontrar. Así ya no te extrañaré, ni hoy, ni mañana... jamás.​

​

​

​

 

Conmovedor, estupendo, espléndido, bellísima obra muy linda.