Janice

Janice.

Janice
vive al otro lado de la pantalla.

Es un animal precioso.

Se despierta por la noche.

Vive en lugares oscuros
con luces verdes y rojas.

Deja entrever
sus mil posturas
caleidoscópicas.

Vive cada día en una página.

Cada día en una jaula.

La besan cada día
millones de ojos.

Janice
se llama Susana
o Silvia,
no importa.

Nadie lo quiere saber.

Lucy colecciona
nombres seductores.

Todas las noches
entrega su cuerpo.

Nadie puede tocarla,
pero cada día desaparece
un poco de piel de Verónica.

Su piel
es la piel nocturna
del mundo.

Ella no tiene edad
y no sabe
qué es una caricia.

Las miradas sucias
pueden por un momento
llorar
porque quedan tocadas
por el alma
perfecta
de Janice,
que es Suzanne.

Miles de navegantes
naufragan
cada día
en las lágrimas de Nicole.

Cuando June se desnuda,
se muere un poco de aliento de Michelle.

Esto sucede
un millón de veces cada día.

Las webcams graban
un nuevo tatuaje
sobre el cuerpo tatuado
de Tania.

Cada vez que disparan una foto
muere lentamente
la inocencia de Sofía.

Janice sonríe.

Ana, Laura y Vanesa lloran.

Janice se llama
como nuestra amiga,
como nuestra hermana pequeña,
como nuestra madre.

Lo siento.

Sé que estas palabras hieren.

Lo escribo porque sucede así:

Nadie toca a Roxanne,
pero miles de hombres
la violan.


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Amigo Stidiek, tu verso "Jánice" me recordó el verso del amigo y gran poeta Tsadkiel llamado "Comercialización", describe con dolor en terrible problema de las chicas que son inducidas a la prostitución, en virtud de las necesidades económicas y falta de educación cultural de que son objeto, como consecuencia, afectan a sus mismos descendientes al seguir el mismo ejemplo. Cruda realidad Stidiek has reflejado en tu poema, al igual que Tsadkiel, mereces muchas estrellas amigo. Abrazos y besos de Dilia.

 

Gracias por animarte a comentar, Dilia, este parece un poema tabu...