Jardines de Tonos Opacos

La noche para creer
posible hacer la vida
suprimiendo el espíritu
del temor infantil,
hora de la duda en
el sitio marchito,
donde no tenemos
nunca recuerdos.

Cierro los párpados
sobre la alfombra
de la civilización,
pienso en un
augurio de días
mejores que
se vuelve furioso
como un tiro
entre las cejas,
en las manos
los traumas.

Es la vida y
desde la distancia
miro la infancia
alejada de los días
de los años felices,
tiempo en los
cuales el olor
de la miel
era el bálsamo.

Las grandes
casas cerradas
con jardines de
tonos opacos,
de melancolía
muerta, en el
pedido tranquilo
de la sepultura.

 

Fernando, se inician muy erráticos tus versos y crecen en una suerte de oscura melancolía que nos lleva desde la infancia a la tumba en ese cierre tan igualador.
Cariños

 

Mi amiga vevero, si que observas profundamente.

 

Me llevas a la infancia como recuerdo entre la muerte, es un buen poema, gracias por compartirlo.

 

Vaya sorpresa, tiempo sin saludarte... gracias por tu concepto.

 

Bello poema que traza sentimientos intensos al mirar la vida como un todo, desde su inicio hasta la muerte con lo que conlleva. Abrazos sinceros y estrellas merecidas a tu indiscutible talento amigo.

 

Su excelencia, 10 en conceptos filosóficos.