Jesus Se Mueve en la Cruz

Me dijeron que no lo contara, o que por lo menos no a la mayorìa de las personas. En el fondo, me dijeron, yo no me dì cuenta de lo "acelerado" que estaba en la época en la cual entrè a una pequeña iglesia, muy confundido, muy certero, ágil de mente, rápido y muy convencido que el Cristo de la Cruz se movìa.

Bueno, eres el Pastor, el sempiterno forjador de mil destinos,
Martirio de Judea,
despuès que tu sangre derramò su bendiciòn a todos en el Monte de los Olivos, vertimos nuestra sangre, angustia, dolor, miseria, penuria, tristeza, y todo te lo entregamos a Ti, Padre Hijo, Hijo del Padre enviado a esta tierra a amarnos y entregarnos tu mayor tesoro, Tu Amor incondicional.

Entrè y recuerdo que el silencio era un elixir para mi mente cansada,
mi cuerpo agotado de tanto pensar y repensar,
cavilar y cavilar,
mi deseo monumental que yo viera un milagro, un signo que me separara de los demàs, cuando es eso lo que no vino a hacer Jesus, sino a unirnos.

Forjardor del desaire del manzano,
quemaste todo honor, toda gloria mundana y urbana,
seguimos esperando que regreses,
te fuiste y queremos que vuelvas,
no escuchas,
o no quieres medir tus tiempos con los nuestros.
Nadie puede discutir con el Hijo de Dios.

Nadie puede enojarse con el Hijo de Dios.
Nada somos sino sólamente Hijos de Dios.

Ven a quedarte con nosotros,
en mil colegios no existen tus cruces en paredes,
en cien aulas magnas de grandes universidades nadie comenta tu entrega,
sino la guerra que pierden las grandes disciplinas de siempre: Filosofìa, Las Artes, La Ideologìa, La Psicologìa, La Sociología, Las Pedagógicas carreras que no llevan al metal,
reluciente y sònico metal de compras y ventas,
vendidos estamos a tu sonido y tu ritmo.

Nadie me dejò contarles de mi visiòn del Cristo que se mueve,
que ese dìa moviò arterias, venas y muñecas,
ese regalo sòlamente para mì.
Claro, yo quería sentirme diferente, pero en realidad quería sentirme mejor y más merecedor que los demás de un signo directo de Jesus,
cual arrogante joven rico que no entregó todo eso a los pobres y siguiò a Jesus.
Pero yo era mucho mejor, me sentía más sensible, más obediente, más sufrido, más querido por Jesus, pero con un terror enorme hacia Su Padre.
Su Padre era temible, terribles sus castigos e injustas sus pruebas, nunca entendía a Dios Padre, me regalaron la obligación no de tenerle miedo, sino pánico, un terror tan inmenso que de alguna manera era el transgresor del Dios Amable, cariños con sus hijos, con nosotros. No, jamás seríamos perdonados, todos los días pecábamos y todos los días éramos condenados, confesión tras confesión, pecado tras pecado. Y si no encontrábamos algun pecado cometido pues entonces había que inventarlo, La Iglesia de los Años Sesenta, el control absoluto sobre fieles, pecadores, hombres, mujeres hasta niños. De paso, comento que no hace muchos meses La Iglesia declaró "inexistente" al Limbo. Por lo tanto, TODOS aquellos niños y niñas que murieron sin bautismo estaban y estuvieron SIEMPRE automáticamente enviados al Cielo. Bueno, nada de esto se comentó en los sermones dominicales posteriores, qué huérfanos que estamos!

Cuando Jesús movió sus muñecas, miraba hacia un costado y hacia arriba.
Cuando me fuí de esa iglesia sentí mi corazón repleto de Amor por mí, repleto de perdón y descanso en mí, Jesús me había hecho un regalo a mí, sólamente a mí, o sea que me quería, yo podría tener una esperanza de compartir El Paraíso con tantos otros y otras mejores que yo, qué milagro, qué bendita catarata de amores para mí, caudales de misericordia!!!!!