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José Ángel Valente

Tema en 'Biblioteca de Poetas consagrados en verso libre' comenzado por lluvia de enero, 18 de Julio de 2015. Respuestas: 1 | Visitas: 1179

  1. lluvia de enero

    lluvia de enero Simplemente mujer

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    José Ángel Valente
    (Orense, 25 de abril de 1929 - Ginebra, 18 de julio de 2000). Poeta español, ensayista y abogado.

    Cursa estudios en la Universidad de Santiago de Compostela obteniendo el título de licenciado en Derecho y en la Universidad Complutense de Madrid, donde se licencia en Filología Románica. Da clases en la Universidad de Oxford y en Ginebra ejerce de traductor de organizaciones internacionales; posteriormente trabaja en París en la sede de la UNESCO. En los años 80 vuelve a España,fijando su residencia en Almería, y continúa con su actividad docente como profesor visitante en diversas universidades extranjeras. En sus últimos años alterna su residencia suiza con la española, y recibe múltiples distinciones como el Premio Príncipe de Asturias de las Letras o el Premio Nacional de Poesía.

    Su trayectoria profesional comienza cuando aún es un estudiante que despunta como poeta, formando parte del “Grupo Poético de los 50”, dentro del cual representa a la poesía como una vía del conocimiento. En la década de los 60 su poesía evoluciona siguiendo una corriente llamada "poesía del silencio",desligándose así del movimiento poético de mitad de siglo. En este periodo destacan obras como A modo de esperanza (1954), Premio Adonais en ese año, Poemas de Lázaro (1960), Premio de la Crítica, La memoria y los signos (1966) o Siete presentaciones (1967).

    Heredero de la tradición mística española, José Ángel Valente asimila tradiciones culturales, históricas y tendencias filosóficas creando textos cada vez más profundos y complicados. Uno de sus cuentos, El uniforme del general (contenido en el libro El número trece) le lleva ante un consejo de guerra en 1972 por la forma en que describe al ajército.

    La obra poética que escribe en gallego es primero reunida en Sete cántigas de alén (1981) y posteriormente en Cántigas de alén (1989). Realiza también trabajos como traductor de poesía alemana y francesa; además escribe ensayos relacionados con la pintura, la mística y la literatura española. Entre ellos destacan títulos como Las palabras de la tribu (1971), Ensayos sobre Miguel de Molinos (1974) o La piedra y el centro (1983). Su última obra es Fragmentos de un libro futuro,texto en el que se recogen sus últimos poemas y que se publicó después de su muerte al igual que Palais de Justice, en el que recoge el intenso e íntimo dolor sufrido durante el proceso de divorcio de su primera mujer. El autor dio orden de no publicar el texto hasta la muerte de ésta.


    http://www.cervantes.es/bibliotecas...l/biografias/marrakech_jose_angel_valente.htm




    ***************​


    EL TEMBLOR


    La lluvia
    como una lengua de prensiles musgos
    parece recorrerme, buscarme la cerviz, bajar,
    lamer el eje vertical,
    contar el número de vértebras que me separan
    de tu cuerpo ausente.

    Busco ahora despacio con mi lengua
    la demorada huella de tu lengua
    hundida en mis salivas.

    Bebo, te bebo
    en las mansiones líquidas
    del paladar
    y en la humedad radiante de tus ingles,
    mientras tu propia lengua me recorre
    y baja,
    retráctil y prensil, como la lengua
    oscura de la lluvia.

    La raíz del temblor llena tu boca,
    tiembla, se vierte en ti
    y canta germinal en tu garganta.


    ****************​


    AHORA, AMIGA MÍA...


    Ahora, amiga mía
    que una flor de papel preside el aire,
    que el aire se deshace en dulces pétalos
    de jadeante miel en tus rodillas,
    ahora que no hablamos del otoño
    ya nunca más
    para no tropezar con tu mirada,
    ahora que te adentras por la vida,
    ligera, según dices,
    desposeída al fin de prejuicios,
    ideas recibidas, tiempo estéril,
    incomprensibles normas y principios,
    ay -ahora
    que la virginidad navega todavía
    como un barco vacío por oscuros telares,
    por intactos desvanes y sueños sin sentido,
    qué hacer en medio de la tarde,
    cómo entregarse sin terror de pronto
    y cómo confesar que detrás de tu lecho
    odiosa la inocencia,
    inservibles los claros pensamientos,
    traicionan palabras aprendidas
    en revistas de moda, tópicos de vanguardia,
    digo, tópicos que tan libre te hacen,
    aunque no de ti misma,
    aunque no de tu vientre inopinado
    donde súbito baja,
    feroz y sofocante, el duro golpe
    del corazón.

    Qué tierna insensatez la de estar solos,
    la del estremecimiento vergonzoso
    ante la voz del hombre
    Y el no estar a la altura de las propias palabras
    con esfuerzo aprendidas,
    pues ahora
    bien sencillo sería el acto del amor
    sin aquel eco
    soez de sumergidas tradiciones
    no expurgadas a tiempo,
    ahora que la misma indiferencia
    de las frases audaces y ante oídas
    del loro varonil tan propicia parece,
    si la conversación no fuera ya pretexto,
    argumento de un miedo mal oculto
    a no saber qué hacer en este trance.

    Demasiado tarde vuelves
    a recaer en frases y agudezas,
    mientras escondes el temblor que sube,
    absurdamente provinciano y burdo,
    de niña de agua dulce,
    desusada y antigua, hasta tus labios,
    mientras repites al pic-up la misma
    canción francesa que nos gusta tanto,
    que nos hace sentir más al corriente,
    casi no necios ni burgueses tristes.

    Qué fácil fuera ahora desnudarse,
    dejar caer el velo simplemente
    sin el terror oscuro que te ata
    a los núbiles senos,
    qué fácil fuera acaso si no fuera
    por la flor jadeante de papel amarillo
    que preside la tarde,
    por el desasosiego súbito que oprime
    hasta el dolor tu tímida cintura
    por la imposible confesión aciaga
    de tu añeja inocencia,
    por el urbano gesto
    de loro aclimatado a otras regiones
    con que el varón disfraza su animal procedencia,
    por los pasos de alguien que se acerca,
    por el timbre que suena
    como un ángel guardián (te ruboriza
    sin poder evitarlo el pensamiento)
    y la ocasión disuelve, mientras tú más segura
    recuperas ingenio y frases hechas,
    piensas que, al fin y al cabo, volverá a repetirse,
    prefabricada como es, y entonces
    no dudarás en entregarte,
    entonces-
    es decir, sin que llegue
    el deseo a pasión ni la pasión a amor
    ni el hálito terrible del amor
    al abrasado borde de tu cuerpo.



    ****************​
     
    #1
  2. Sr. Sapo

    Sr. Sapo Poeta asiduo al portal

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    #2
    A lluvia de enero le gusta esto.

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