Jugar y perder

Que soy si siendo luciérnaga
no atrapo las miradas que en la noche
se revuelven y despiertan.
Qué seré si olvido atropellados difuntos
mientras juego al parchís en mesa camilla
con los pies calientes y la mente fría.
Tal vez sea habitante de las cloacas
que surge al exterior como si nada
con el jamón rancio en los pantalones.
O tal vez un simple despojo humano
que por no ver decidió ver nada
más allá del limbo en sus manos.
Puede que sea un ancla encorsetada
en mis propios desasosiegos
y en un azul que ya no espero.
Como excusa no me vale nada,
pero esta noche hay partida
y el póquer me arrastra y cautiva.

 

Versos vivenciales con un final en donde lo cotidiano se vuelve magnánimo, es un placer poder disfrutar de este poema con muchas variantes intrínsecas de un sentir vanguardista---

 

Darwinsin. No se porque falla el mensaje, es la tercera vez. Yo encantado con "lo cotidiano se vuelve magnánimo".

Más abrazos.