Jugarse a una mujer en una partida de póquer

Adversario me gana y yo "desisto",
mas el otro resiste y no le gano,
pues a quien más me gana por la mano,
no me da la certeza en lo previsto.

De jugar lo perdido me resisto,
mas calculo ganancia del villano
cuando cedo la mía al veterano
de tal valor tan propio desprovisto.

En caso de ganancia lo celebro;
y lo celebra el otro si yo pierdo;
pues más me brinda el oro del cerebro

un as de corazones que recuerdo.
El ánima de ella en su requiebro
recupero y con póquer de ases muerdo.

Nota: las rimas que asuenan en los tercetos no son fortuitas, sino deliberadas.

 

Muchas gracias, Iguazú, por tu amable comentario. Por supuesto que las asonancias comunes en una misma estrofa en la que conviven rimas consonantes restan consistencia a un poema, pero yo en este caso (y en algunos otros sonetos, que escribí en una etapa temprana, cuando aún era adolescente) me decanté por dichas asonancias porque lo que pretendía con esto era resaltar el mensaje del poema en detrimento de la estética, y así romper un poco con las normas. De todas formas estos eran experimentos que hacía allá en mis comienzos escribiendo poesía. Un abrazo