Julieta

Hojas de papel que el espejo ha revelado entre tus letargos,
mi despedida esta firmada por un vacío,
la muerte busca encontrando el reflejo de tu alma
y mira a través de ti,
indiferencia resentida entre trozos de verdes palmos,
no existe eso que llamabas desprecio,
sólo desastre con vacío,
sólo llamas con símbolos muertos.

Llamas a la zozobra, rompimiento al vacío.

Julieta… en tu sombra encontré el recuerdo,
Julieta al mediodía, y al atardecer entre cardos y espinos,
las rosas se han postrado indiferentes,
el cielo ha lanzado el relámpago de sufrimiento,
conjunciones de tu boca,
al último… desesperación.

Mentiras lanzadas al fuego eterno.

Lentamente, estamos entre los abismos
¡Que tu mirada no se acerque al vacío!
¡Que tus pasos no guíen el aire a los oprimidos!
pero tu mirada baja y explota,
los lamentos nos toman del cabello,
jala el jinete la rienda del corcel,
destrucción, infiltrada en mi carne,
soy rehén de las luciérnagas; retoño.

Su silueta esta entredibujada en aquella nube
porque yo tatué su nombre en palabras de cristal,
Julieta era el regalo de los dioses,
abría sus labios a la grandeza,
ella se fue… Julieta no ha vuelto.

¡Miren al que camina frente a la luz!
Ha descifrado el mensaje de la nieve,
soplando entre cenizas supone un advenimiento,
supone el futuro, suponiendo el presente,
evade la realidad con aviones de papel
y se presenta como un mago de los sueños,
porque en suaves frentes de batalla
ha superado cualquier holocausto,
su esencia corrida, pisoteada,
descansa entre ayeres, hartos de ideologías muertas.

-¡Julieta grito sin penas ni glorias,
porque inmortales han cruzado
la puerta de mis sensaciones!
-Sensaciones cruzadas, insospechadas alcanzan
impulsos con remordimiento,
sangrando entre brechas estoy,
y sofocándome entre tus tristezas.

Lentamente deseo rozar la cumbre de estos irreales,
una promesa envuelta en el agua
ha revelado mis confusiones.
¿Acaso tendré que olvidar mis crónicas?
¿Acaso tengo que caer
de nuevo a tus brazos?
¿Por qué la marcha de la muerte
te ha rodeado encandilante?
Arrastrados estamos… al infierno.

Deseos escapados de la grieta del arrepentimiento.

El asesinato revelado… antes de tus gritos,
podremos ver como corren las energías de nuestro cuerpo
cayendo en la tierra para el descanso eterno,
puedo ver el aura de los muertos al azar,
uno y dos caen lentamente de mi mano,
sin decir que he pasado por la violencia,
mi voluntad anima a los aceros a luchar.
Conteniendo la respiración
he vomitado tus ilusiones,
ocasiones para reírme en la soledad,
Angustia.

Ya no quiero que el agua clara se derrame en mis lunas
ni que la almohada sea manchada de licores...

Impuras… condiciones
recesión… ¿Cuántos morirán…?
rezando a mi falso dios… ¿Alguien se salvaría?
pues ni Romeo aconteció… el perdón por parte de tu mano.

Regrésame al polvo del que me sacaste.
No digas que ha terminado la espera en nuestros cuerpos,
solo toma la mano en mi pecho, mientras suspiras,
¿Debo marcar en sangre otra promesa?

¿Si prometo que el dolor pasará sin remordimientos
podrías sucumbir y dejarme caer
tomando mi alma y recorriendo mi física?


Yo siento que me harías caer… en un éxtasis superior,
sin ya lo que tengo por hacer
ni decir, o enmudecer
ante palabras falsas, o sentimientos abruptos.

La rabia es la llave de mis sentimientos,
bendita luz de Saturno, cortando los horizontes,
acércame a su deseo... deseo saber esa eternidad.

Saber que no podrás olvidar mi momento
es el consuelo que queda en el polvo de estrellas,
pues mi deseo no es el mismo de mis esteras.

Descifraste el mensaje que escribí en la niebla
y rompiste una promesa sellada
con el roce de labios pasado en las almas...

Devuélveme… al polvo del que me sacaste,
O llévame a través del universo,
elude mis palabras y mis notas,
quédate aquí congelada, en mi mente, para siempre.

Alguna vez amaste al enemigo
y soltaste las riendas de tu amatorio arte,
curando sangre de heridas antiguas,
que alimentaron cuerpos
desencadenados de pasión…

Los besos son bebida inmaculada,
tentación de mortales y dioses,
el pobre regala besos a su amada
y del Líbano llega ella para su consuelo,
humanos poderosos asoman
el placer de la saliva para el mal de Afrodita.
Si un viento de mi boca puede perderte en este bosque
¿Que no haría mi tacto en tus labios?
Julieta, tus amados labios son tan blandos
que palabras de olvido recitan
entre mis sueños mas urgidos,
que caen y retozan… entre tus pensamientos.

Julieta parte al amanecer, Presurosa.
Julieta soltó una rosa en la puerta del palacio,
las lágrimas le dan hasta los pies,
hoy puso una pinza en su cabello,
caminó entre aquella pesada lluvia,
y con su mano despidió una emoción
llena de angustia

¡Julieta, Julieta!
¿Por que a mi muerte no tomaste la daga Julieta?
¿Por que salvaste tu vida y dejaste morir al amor?
¿Por que corriste lejos de mi mano?
¿Por que el vacío de tu visita se siente como frío
después de que los Montesco fueran asesinados?

Ante tantos suspiros me he dirigido a la desgracia,
tus lamentos hoy han vuelto y me recomponen,
tantas maravillas que se han vuelto tus abrazos,
inconsistencia…

¡Con cuanta razón eres amada!
y tu vida es ofrenda para sanos de corazón.

Mi tumba es el símbolo de una muerte ajena.
Tal vez no tengo más esperanza,
si me resigno ante tus ídolos

¿Perdonarías que te tome del cuello?
¿O que te robe el aire a fuerza de romances?
¿O respire cerca de ti para sentir tu cálida esencia?

Mi tumba es un recuerdo del pecado
y mis frutos son las ideas que en mis hijos expiaron
en esas escandalosas letras.

Nuestro pasado suena celoso,
las mentiras crecen en el aire.
Regresa a tu reino, y revela a los cautivos
que sin alma no existe esta libertad cortada,
¡Porque si el camino quieren acortar
Enod acortará los caminos de su derrota!
Si a gloria aspiran
¡Fracaso respirarán por la boca de sus nietos!

Tengo un secreto escondido en la oscuridad,
abre la caja de pandora, tu mano es la llave,
pero si tienes el pecado que fluyó por mis venas
simplemente corre, corre lejos amada mía,
pues sofocantes mis pesares son,
ante el corazón de la tragedia.

¡Oh! Cuan punzante era la espera,
y cuan querida era la aurora que llora,
que arranca nuestras miradas
sin almas con cordura.


La lágrima del frasco de cristal
era una espera desperdiciada,
porque el tiempo se había detenido
desde el último toque del metrónomo,
sin saber que esperar en mi puerta
yo asumí mi derrota en tus manos,
porque el veneno colgaba de mis labios
y Julieta inmóvil adornaba ya
la ventana de mi cuarto…

 

muy original y extensa obra, como un cuento, lleno de misterio, saludos