La Aguja del Infierno

Al abandonar la escuela, como cada día,
la niña por las calles deambulaba.
En esa misma hora, al igual que siempre, cavilaba,
con juguetonas adivinanzas, si la comida de mamá le gustaría.
Solía observar las verdes hojas y el Sol brillar,
mostrando una bella sonrisa.
Disfrutaba en su rostro de la suave brisa,
que besaba sus mejillas y las hacía deslumbrar.

¡Qué funesto destino le aguardaría
al pisar ese primer escalón,
condunciéndola a un destino que no imaginaría
ni en la más terrible y oscura ilusión!
Tardó en librarse de su impresión e intentó pensar;
procuró moverse con extrema precaución
y sortear el umbral que la separaba de la muerte y la salvación,
siempre observando a ese extraño ente avanzar.

¿Qué ocurría? Eso quería averiguar.
¿Y sus padres?, ¿y su hermana?
¿Por qué este suceso en esta hora de este día de esta semana?
Nunca lo llegaría a descubrir ni el misterio podría revelar.
Y aún más pavor la embriagaría
al vislumbrar a su familia conducida con cadenas
siguiendo al espíritu que con su lento paso proseguía
su camino, llenando el espacio de dolor, aflicción y penas.

Así da comienzo la historia de una niña cuyo nombre ya se desvelará,
la cual vivió una estremecedora e increíble aventura,
a lo largo de un tiempo infinito que ella jamás olvidará
y que la llevó por las tierras de lo inimaginable y los mares de la locura...

 

Para la calidad de la poesía excelente, felicitaciones.